Fonte: El Nuevo Herald
Negociaciones EEUU-Cuba en pausa por lista terrorista
POR MICHAEL WEISSENSTEIN Y BRAD KLAPPER - ASSOCIATED PRESS
Una
bandera cubana y estadounidense adornan un podio previo a una conferencia de
prensa en La Habana, el 22 de enero de 2015. RAMÓN ESPINOSA/AP
LA
HABANA
La esperanza que
tenía Estados Unidos de anunciar la apertura de una Embajada en Cuba cuando los
presidentes Barack Obama y Raúl Castro se reunieran en la Cumbre de las
Américas esta semana se ha disipado porque Cuba aún aparece en una lista
oficial estadounidense como estado que patrocina el terrorismo y porque ambos
países están discutiendo la libertad que tendrían los diplomáticos
estadounidenses en la isla para viajar y hablar con el cubano del común sin
ningún tipo de restricciones, dijeron funcionarios a The Associated Press.
Esta Cumbre
servirá de escenario del primer encuentro cara a cara entre los mandatarios,
que anunciaron el pasado 17 de diciembre el restablecimiento de las relaciones
diplomáticas entre ambos países después de medio siglo de hostilidades. El
gobierno de Obama quería que las embajadas reabrieran antes de que la cumbre
iniciara en ciudad de Panamá, el viernes, y así, impulsar una nueva estrategia
diplomática motivada, en parte, por la sensación de que aislar a Cuba causaba
fricciones con otros países de la región.
Si hubieran
llegado a la cumbre con el acuerdo, bajo la manga, de reabrir las embajadas de
Washington y La Habana, se habría creado un ambiente de buena voluntad hacia
Estados Unidos, especialmente después de que el país sancionara a varios
funcionarios venezolanos el mes pasado, lo que provocó protestas entre los
países con gobiernos de izquierda del hemisferio.
Negociadores de
ambos gobiernos dijeron estar seguros de que llegarán a un acuerdo para reabrir
las embajadas en las próximas semanas, pero no necesariamente antes de la
cumbre.
"No nos
queda mucho tiempo, vamos a ponerlo así," dijo Marie Harf, portavoz del
Departamento de Estado, en una conferencia de prensa el viernes cuando se le
preguntó si un acuerdo sobre la apertura de las embajadas era probable antes de
la cumbre.
Consultado el
lunes sobre los avances más recientes en el tema de las embajadas, el portavoz
de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo "cuando un país esencialmente ha
sido condenado al ostracismo por parte de Estados Unidos por cinco décadas...
va a tomar un poco de tiempo volver a establecer algo de confianza".
"Si tenemos
en cuenta la historia de los últimos 50 años entre nuestros dos países, tres
meses más no parece mucho tiempo", dijo Earnest, refiriéndose al anuncio
de diciembre.
Estados Unidos y
Cuba han celebrado tres rondas de negociaciones para restaurar plenamente sus
relaciones diplomáticas. La principal demanda de la delegación cubana es que
excluyan al país de la lista de naciones que apoyan a organizaciones
terroristas; una designación propia de la Guerra Fría que le impide tener
acceso a créditos del sistema financiero mundial porque los bancos temen represalias
si hacen negocios con los países en ese listado. Incluso, la Sección de
Intereses de Cuba en Washington perdió su banco en Estados Unidos, lo que la
obligó a hacer sus transacciones en efectivo.
Hace tiempo que
Washington dejó de acusar a La Habana de apoyar el terrorismo y Obama dejó
claro en diciembre que tiene la intención de sacar a Cuba de la lista. Sin
embargo, funcionarios estadounidenses dijeron que el presidente debe, primero,
enviar al Congreso un informe que asegure que Cuba no ha proporcionado ningún
tipo de apoyo a los terroristas internacionales en los últimos seis meses y que
el gobierno de la isla le asegure que no apoyará terroristas en el futuro.
El asunto de la
lista es un tema candente para Cuba porque Estados Unidos tiene un historial de
apoyo a grupos de exiliados cubanos que han sido responsables de ataques
perpetrados a la isla, incluyendo un bombardeo ocurrido en 1976 de un vuelo de
Cubana de Aviación que iba rumbo a Barbados, donde murieron 73 personas a
bordo.
Los exiliados
involucrados tenían conexión con grupos anticastristas que eran apoyados por
Estados Unidos y los dos hombres acusados ??de planear el atentado se
refugiaron en Florida, donde uno de ellos, Luis Posada Carriles, vive en la
actualidad.
Funcionarios familiarizados
con las negociaciones dijeron a The Associated Press que Estados Unidos pidió
garantías a Cuba de que no apoyará un ataque terrorista contra el país en el
futuro, lo que propició de Cuba una solicitud recíproca pidiendo al país del
norte que también se comprometiera a no apoyar el tipo de ataques como el avión
de Cubana. Los funcionarios hablaron a condición de que su identidad se
mantuviera en el anonimato pues no estaban autorizados a hablar públicamente
sobre las negociaciones.
Pese al retraso
en la reapertura de las embajadas, ambas partes parecen optimistas de que
puedan llegar a un acuerdo sobre el asunto de la lista y los ataques
terroristas en un futuro próximo. Estados Unidos y Cuba también tienen que
resolver una solicitud de Washington de que a sus diplomáticos se les permita
operar de la misma manera como lo hacen en otros países una vez la Sección de
Intereses de EE.UU en La Habana se convierta en una embajada con todas las de
la ley.
Actualmente, los
diplomáticos estadounidenses tienen que pedir permiso al gobierno cubano para
viajar fuera de La Habana y los cubanos que quieran entrar al edificio de la
sección en la isla tienen que registrarse con unos guardias cubanos; una medida
que, según Estados Unidos, tiene el propósito de disuadir a los disidentes de
establecer contacto con funcionarios estadounidenses.
Los funcionarios
que hablaron con la AP dijeron que parecía poco probable que Washington sacara
a Cuba de la lista sin tener la garantía de que el gobierno de Castro dejará
operar la futura embajada con menos restricciones, un tema sensible para Cuba
pues implicaría que los estadounidenses traten cotidianamente con los
disidentes, vistos por el gobierno comunista como mercenarios respaldados por
Estados Unidos. Otros temas incluyen la cantidad de diplomáticos que trabajarán
en la embajada y las restricciones a las importación de productos
estadounidenses que van desde insumos de oficina a artículos para el hogar.
Si Cuba insiste
en restringir la libertad de circulación de los diplomáticos estadounidenses en
la isla, podría obligar a la administración de Obama a tomar decisiones
difíciles sobre qué limitaciones está dispuesto a aceptar a fin de tener una
embajada en La Habana.
La política
interna de Estados Unidos también está tomando los diálogos con Cuba con mucha
precaución. Aunque el Congreso no pueda bloquear la eliminación de Cuba de la
lista de terroristas de manera permanente, el gobierno de Obama tendrá que
defender su decisión en audiencias públicas en el Parlamento, más aún cuando
empiece la campaña presidencial. El candidato republicano Ted Cruz y el posible
candidato Marco Rubio tienen lazos familiares en Cuba y se oponen a la
normalización de relaciones diplomáticos con el gobierno de Castro.
La Subsecretaria
de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, dijo en un foro
sobre las oportunidades de negocios de Estados Unidos en Cuba la semana pasada
que una revisión de la lista de países que apoyan a las organizaciones
terroristas "está en una etapa muy avanzadas y vamos a tratar de hacerlo
bien lo más pronto posible".
"Una de las
razones por las que nos estamos demorando es porque necesitamos de ciertas
cosas para echar a andar a una embajada", añadió. "Esa es una de las
cosas más importantes de nuestras conversaciones".
Cuando se le
preguntó sobre el estado de las negociaciones, el Departamento de Estado dijo
el viernes que la revisión del estatus de Cuba como estado patrocinador del
terrorismo seguía en curso. Un portavoz del gobierno cubano, que habló bajo condición
de anonimato porque no estaba autorizado a ser citado por su nombre, dijo que a
Cuba no se le ha pedido hacer declaración pública alguna sobre su apoyo al
terrorismo a futuro. Se negó a hacer más comentarios sobre las negociaciones
entre ambos países.
Pero expertos en
la relación Estados Unidos y Cuba esperan que se vean progresos pronto.
"Creo que
sería inteligente, para ambos lados, mostrar un impulso continuado, demostrar
que las instrucciones dadas por el presidente el 17 de diciembre serán fiel y
rápidamente llevadas a cabo por sus negociadores", dijo Richard Feinberg,
que fue director senior de la Oficina del Consejo de Seguridad Nacional para
Asuntos Interamericanos durante la presidencia de Bill Clinton.
Michael Weissenstein, jefe del buró de Cuba, reportó
desde La Habana y Bradley Klapper desde Washington D.C