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venerdì 3 luglio 2015

Sommario

SOMMARIO: sono Mario (Roma)

giovedì 2 luglio 2015

2 luglio 1961

Un giorno come oggi, di 54 anni or sono, Ernest Hemingway si toglieva la vita  nella sua residenza dell'Ilinois. Ha voluto morire com'era vissuto con un colpo di fucile da caccia di cui si era introdotto in bocca la canna.
Anni dopo, a Cojimar, parlando con l'ormai anziano skipper della sua barca "Pilar", il canario naturalizzato cubano Gregorio Fuentes, fedelissimo amico dello scrittore, fra le storie di cui ricordava, mi parlò di una lettera che gli scrisse Hemingway poco tempo prima del fattaccio, in cui si diceva fortemente abbattuto per aver saputo di essere affetto da un male incurabile che oltre alle sofferenze quotidiane, gli avrebbe impedito di scrivere, cosa che per lui era la vita stessa e senza poterlo fare, diceva, non aveva senso continuare a stare al mondo.
Non sono un particolare ammiratore dell'opera omnia dello scrittore nordamericano, lo trovo prolisso e abbastanza noioso nelle sue pedanti descrizioni. Mi piacciono però i suoi romanzi brevi o racconti lunghi dove c'è azione e "colore", in modo particolare quelli scritti o ispirati a Cuba. Specialmente "Avere e non avere" e naturalmente, "Il vecchio e il mare" a cui ho "usurpato" il nickname. Questo libro fece ottenere a Hemingway i premi Pulitzer e Nobel, rispettivamente nel 1953 e '54.
Del primo venne girato un film, con Humphrey Bogart che fu ambientato in Messico, forse perché girato in tempi in cui a Cuba non era possibile per i moti rivoluzionari. Il secondo, invece, fu girato nei luoghi descritti con un grande Spencer Tracy nelle vesti del pescatore Santiago e dal piccolo Manolo che poi divenne chéf del ristorante La Terraza di Cojimar. Luogo abitualmente frequentato, ai tempi, dallo scrittore e per lungo tempo dopo, da Gregorio.





Soffritto

SOFFRITTO: sono perduto (Roma)

mercoledì 1 luglio 2015

La dichiarazione ufficiale di Obama

Fonte: El Nuevo herald

CINCO DÉCADAS DESPUÉS, EEUU Y CUBA ABRIRÁN EMBAJADAS 


Estados Unidos y Cuba tendrán embajadas, luego de 54 años de ruptura en las relaciones diplomáticas. “Tomó tiempo, pero ese momento ha llegado”, anunció el presidente Barack Obama este miércoles, desde el jardín de la Casa Blanca, en Washington, junto al vicepresidente Joe Biden.


Il 20 luglio si riaprono le ambasciate

Fonte: Granma

Restablecen relaciones diplomáticas Cuba y Estados Unidos
Las embajadas se abrirán a partir del 20 de julio de este año. La prensa estadounidense ha reportado que el presidente Obama hablará en la mañana de hoy 



1 de julio de 2015 09:07:35

Jeffrey DeLaurentis, jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana entregó carta de Obama al presidente cubano Raúl Castro a Marcelino Medina González, ministro interino de Relaciones Exteriores de Cuba. Foto: Juvenal Balán
El ministro interino de Relaciones Exteriores de Cuba, Marcelino Medina González, recibió en horas de la mañana en la Cancillería al Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, Sr. Jeffrey DeLaurentis, quien entregó una carta del presidente Barack Obama dirigida al General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, en la que confirma la decisión de restablecer relaciones diplomáticas entre los dos países y abrir misiones diplomáticas permanentes en las respectivas capitales a partir del 20 de julio de 2015, según un comunicado publicado en el sitio web oficial del Minrex.
De acuerdo con la misma fuente, el jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Ramón Cabañas Rodríguez fue recibido en la mañana de hoy en el Departamento de Estado de Washington por el secretario de Estado interino Anthony Blinken, a quien hizo entrega de una carta de Raúl a Obama, en la cual confirma la decisión de la República de Cuba de restablecer las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.
La prensa estadounidense reporta que el presidente Obama hablará en la mañana de hoy respecto al cambio de política hacia Cuba.
Los diplomáticos cubanos y estadounidenses estuvieron trabajando desde enero pasado para cumplir el acuerdo anunciado por los respectivos presidentes el 17 de diciembre del año pasado respecto a restablecer los lazos diplomáticos rotos en enero de 1961.
Se llevaron a cabo tres rondas de conversaciones en las respectivas capitales, entre otros encuentros para tratar temas específicos.
Según han expresado las autoridades de los dos países, contar con misiones diplomáticas plenas en La Habana y Washington es solo un paso en un proceso mucho más largo y complejo: la normalización de relaciones.
Informaciones relacionadas


Luce verde sulla riapertura delle ambasciate?

È stato ufficialmente dichiarato che questa mattina il Responsabile della dell'Ufficio d'Interessi degli Stati Uniti d'America all'Avana, sig.Jeffrey de Laurentis, sarà ricevuto dal Ministro degli Esteri ad interim Marcelino Medina González, al quale consegnerà una lettera del Presidente Obama con relazione alla riapertura delle ambasciate nei rispettivi Paesi.
È stata anche annunciata una dichiarazione dello stesso Presidente Barak Obama nella mattinata di oggi.
(Ricordiamo la differenza di fuso orario: - 6 ore)

martedì 30 giugno 2015

Secondo il Vaticano, Papa Francesco sarà a Cuba come messaggero di pace con gli Stati Uniti e fra i cubani

Fonte: El nuevo Herald
Cuba
 JUNIO 29, 2015

Papa Francisco irá a Cuba como mensajero de “reconciliación y paz” con EEUU, dice la Iglesia

En su reciente encíclica, el Papa Francisco criticó a los gobiernos y las empresas privadas por no hacer más para proteger al planeta. Andrew Medichini AP
AFP

LA HABANA 

El Papa Francisco visitará Cuba del 19 al 22 de septiembre próximo como “mensajero de la misericordia” para promover “la reconciliación y la paz” de la isla con Estados Unidos y entre cubanos, dijeron este lunes los obispos católicos de Cuba en un mensaje.
“El Santo Padre quiere mostrarnos su cercanía en un momento en que, gracias también a su mediación, se respiran aires de esperanza en nuestra vida nacional por las nuevas posibilidades de diálogo que están teniendo lugar entre los Estados Unidos y Cuba”,, dijeron los prelados en su texto, difundido en el portal iglesiacubana.net.
Francisco fue mediador en las conversaciones secretas que La Habana y Washington celebraron para poner fin a medio siglo de ruptura y antagonismo, que desembocó en un proceso para restablecer las relaciones anunciado el 17 de diciembre por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro
Los Obispos cubanos aseguraron que “¡es mucho y muy importante lo que viene haciendo él, como Pastor universal de la Iglesia, en la búsqueda de la reconciliación y la paz entre todos los pueblos de la tierra!”.
Dijeron que la visita de Francisco, después de la de Juan Pablo II en enero de 1998 y de la Benedicto XVI, en marzo de 2012, convierten a Cuba y a Brasil en los únicos países que han recibido tres papas.
“En el próximo septiembre, Cuba y Brasil serán los dos únicos países del mundo que tendrán el privilegio de haber sido visitados por tres Papas. Y eso lo consideramos una bendición más que nos envía el Señor”, señalaron.
Los prelados saludaron que Francisco llegue como “mensajero de la misericordia”, pues “por todas partes encontramos miserias morales, espirituales, sociales, intelectuales, síquicas, materiales… y encontramos también gente que se insensibiliza ante el dolor humano”.
“Todos en este mundo, cubanos incluidos, necesitamos la misericordia. Para nosotros y para los otro”, indicaron.
“Los obispos de Cuba rezamos para que las enseñanzas que el Papa Francisco nos deje nos muevan a todos a crecer en la fe y la esperanza, y podamos aprender a tener un corazón lleno de misericordia para con todos”, añadieron.


Soddisfare

SODDISFARE: so sciogliere, smontare (Roma)

lunedì 29 giugno 2015

Le sepolture di Mella (I), di Ciro Bianchi Ross

Pubblicato su Juventud Rebelde del 28/6/15 

Le ceneri di Julio Antonio Mella, furono salutate dalle sciabole della Polizia Motorizzata a Città del Messico e ricevute all’Avana dai fucili dei soldati comandati da Batista, scriveva Juan Marinello, nel 1975, nell’evocare quel 28 di settembre del 1933, quando arrivarono a Cuba le spoglie del leader studentesco e fondatore del primo Partito Comunista cubano, assassinato in Messico quattro anni prima.
Una enorme moltitudine lo aspettava nel porto, in silenzio. Giorni prima militanti comunisti, studenti, sindacalisti e operai della costruzione avevano costruito, in un angolo della Plaza de la Fraternidad, il catafalco adornato con fiori, che avrebbe lo custodito in modo provvisorio e un monumento in cui si raffigurava il busto del giovane rivoluzionario, realizzato dallo scultore spagnolo Juan López. Già prima, nel paesetto di Regla, una strada aveva ricevuto il nome di Mella.

Pericolo sul molo

La situazione politica sull’Isola era violenta, complessa e instabile, dopo la caduta della dittatura di Machado, il 12 di agosto. Gli ufficiali dell’esercito del regime deposto cospiravano: l’ambasciatore nordamericano accentuava le sue attitudini di ingerenza, si configurava, sul Paese, la minaccia di un intervento militare straniero. Washington non riconosceva il presidente Grau che aveva ripudiato l’emendamento Platt e si intendeva con Batista in modo più o meno aperto. Nemmeno i comunisti conciliavano col presidente e qualificavano Antonio Guiteras, il suo ministro del Governo, impegnato in un programma  radicale di riforme, di “social fascista di sinistra”. I comunisti tenevano molto in considerazione quello che era certo: Batista era il vero potere a Cuba e il colonnello non poteva vedere di buon occhio il fervore con cui si ricevevano le spoglie del dirigente studentesco assassinato.
Qualcuno salì sulla nave e avvisò Marinello che capeggiava la spedizione incaricata di esumare i resti mortali di Mella e trasportarli all’Avana, dei pericoli nascosti sul molo. Marinello consegnò il cofanetto con le ceneri a una nordamericana di assoluta fiducia che, senza contrattempi, passò la dogana con una borsa in mano e già sul molo della Ward Line lo consegnò, a sua volta, ai militanti comunisti Ramón Nicolau e Juan Blanco che deposero il cofanetto in un’urna di marmo. Gli consegnò anche la maschera che gli si fece appena assassinato. Lì, ebbe luogo un simbolico ed emotivo omaggio, prima di andare verso la calzada de Reina, 402 angolo Escobar, sede del Movimento Antimperialista in quel momento che fu la residenza del senatore machadista Wilfredo Fernández e che più tardi sarà – per lunghi anni – caserma della Polizia Segreta. Collocata in una barella che trasportarono sei lavoratori, l’urna di marmo percorse, scortata da una moltitudine, le calles Egido e Monte ed arrivò alla Plaza de la Fraternidad prima di rimontare Reina ed arrivare a destinazione. Lì, lo scultore Juan José Sicre fece diverse copie della maschera.

Il discorso di Rubén

Così giunse il 29 settembre. Da uno dei balconi dei locali della Lega Antimperialista, il poeta Rubén Martínez Villena, più morto che vivo, già distrutto dalla tubercolosi che gli strangolava la voce, si diresse alla moltitudine. Sarebbe stata l’ultima volta che parlava in un atto pubblico. Poteva appena farsi sentire. Disse:
“Compagni, è qua, ma non in questa montagnetta di ceneri, ma in questo formidabile dispiego di forze. Siamo qua per tributare il meritato amggio a Julio Antonio Mella, per noi indimenticabile che ha consegnato la sua gioventù, la sua intelligenza tutto il suo sforzo e tutto lo splendore della sua vita alla causa dei poveri del mondo, degli sfruttati, degli umili...Ma non siamo qua solo per rendere questo tributo ai suoi meriti eccezionali. Siamo qua, sopratutto, perché abbiamo il dovere di imitarlo, di seguire le sue spinte, di vibrare al calore del suo generoso cuore rivoluzionario. Per questo, siamo qui, compagni, per rendere in questo modo a Mella l’unico omaggio che gli sarebbe stato gradito: di rendere positiva la sua caduta per la redenzione degli oppressi col nostro proposito di cadere, se fosse necessario”.
All’improvviso cominciarono gli spari. La soldatesca, provvista di fucili, sparava al locale della Lega Antimperialista e si accaniva con la moltitudine. Ci furono vari morti e feriti, fra questi Paquito González, un pioniere di 13 anni abitante in Correa, 5 a Jesús del Monte, al quale una pallottola di Springfield raggiunse la testa per lasciarlo con la massa encefalica in vista e mescolata ai capelli in una immagine sinistra e impattante. Vicino a Paquito c’era Natasha - la figlia di Mella, di 6 anni d‘età  - che grazie alla rapida attuazione di un amico di famiglia si salvò dai proiettili. Nella Plaza de la Fraternidad, un gruppo di marines e soldati distruggevano il catafalco funebre.
Le ceneri di Mella, nella confusione parvero perse.

Tutte le organizzazioni

All’inizio di quel mese di settembre, il giorno 5, si costituiva in Messico il Comitato Pro Mella per l’esumazione e il trasporto all’Avana dei suoi resti. Nel gruppo, assieme a Marinello, c’era Pepilla sua moglie e inseparabile compagna, Mirta Aguirre, Caridád Proenza e Gertrudis Sánchez Rueda, fra gli altri che rappresentavano tutte le entità rivoluzionarie di Cuba e Messico: Partito Comunista, Soccorso Rosso, Ala Sinistra Studentesca, Lega Antimperialista, Federazione degli Studenti Rivoluzionari...Dovevano raccogliere fondi per l’invio dei resti a Cuba e per questa ragione organizzarono una grande veglia all’Università, oltre a numerosi incontri nelle fabbriche e nei sindacati. C’era fra tutti i compromessi una cordiale intesa; perfino gli universitari di destra riverivano l’attitudine verticale del leader caduto.
Il Comitato non dovette aspettare molto per avere il permesso di esumazione. Quello stesso giorno, alle nove di sera con una velocità sorprendente, il Dipartimento della Sanità comunicava che il giorno seguente, all’alba, si poteva procedere all’estrazione dei resti. All’ora convenutai membri del comitato che poterono essere avvisati si riunirono al cimitero. Li accompagnava l’imprescindibile notaio, un vecchio dai baffi ispidi che sembrava essere sopravvissuto alla dittatura di Porfirio Díaz e che senza dubbio, non sapeva tra che gente si muovesse. L’anziano chiese i libri di sepoltura, controllò fogli e pratiche fino a che trovò quello che cercava. “Don Julio Antonio Mella...tomba 45”, esclamò e anche se a quelli del Comitato questo ‘don’ suona come una grave offesa, si diressero verso la tomba indicata. Un modesto monumento del Partito Comunista messicano copriva la fossa. L’emozione era indescrivibile.

Non è Mella

I minuti si allungano. Il tempo sembra non trascorrere. A ogni palata di terra che si toglie, segue la pioggia di disinfettanti che quelli della Sanità lasciano cadere nel buco che si apre. Alla fine un colpo secco. La pala ha urtato con la cassa. I becchini proseguono nella loro opera ed escono pezzi di legno putrefatto. C’è attesa nel gruppo. Improvvisamente uno degli affossatori solleva una mascella gialla, piccola, minuscola e dal gruppo esce un no! Deciso. No, questi non è Julio Antonio. Il notaio torna ai libri di sepoltura. C’ un evidente errore. Si scavò la tomba 44. Per un motivo o per l’altro il monumento del Partito Comunista messicano venne cambiato di posto. Adesso si cerca nella fossa che si crede giusta. La stessa attesa, la stessa ansietà. Lo stesso colpo della pala all’urto con la cassa. Si gettano sul fondo le corde e si estrae la bara che si sistema con cura vicino alla buca. Torna la pioggia di formolo. Con un colpo si fa volare il coperchio e il gruppo rimane per un attimo in una mutezza indefinibile. È lui! Dentro la cassa c’è uno scheletro avvolto nei vestiti. Il teschio, bianchissimo – bianchissimo – è grande e robusto; mostra un mento poderoso e sfidante. La fronte è tagliata in mezzo, dalla parte superiore parte il ciuffo inconfondibile. Il forno crematorio è rustico, elementare. Ci vogliono due ore perché il lavoro si concluda e quelli che accompagnano i resti si accomodano come possono per terra. Ci sono molti poliziotti e ne arrivano altri in furgoni cellulari. Alcuni del Comitato parlano senza peli sulla lingua, le autorità li raccolgono assieme ad altri che erano rimasti ancora in silenzio, sono conosciuti da manifestazioni anteriori. Le gabbie vanno e vengono fino a che rimane un piccolo gruppo in attesa che le ossa siano cenere. C’è un atmosfera di indignazione e ribellione.
Alla fine estraggono i resti fumanti. L’incenerimento non è stato completo. Il cranio è quasi intatto. Ma non c’è tempo da perdere. Si deve uscire da lì al più presto. Mettono le ceneri in un cofano intagliato alla vecchia maniera e il gruppo raggiunge i viali della necropoli. Passano tra mucchi di gendarmi che guardano e annotano. Marinello porta il cofano, lo stringe contro di se. Con lui, la polizia non osa. Veste un buon vestito, è una persona fine dalle buone maniere; uno scrittore, è professore universitario e il titolo vale. Ma questa gente è capace di tutto. Per depistare bisogna portare il cofano a un’agenzia di viaggio. Marinello balza su un’automobile. Arriva all’agenzia e aspetta. Dietro, poco a poco, arrivano gli altri. Estraggono con precauzione le ceneri e le portano a casa della cubana Caridad Proenza che le conserva fino a che saranno portate a Cuba.
Arrivano i poliziotti all’agenzia. Domandano furiosamente delle ceneri. Non sono già più qua, risponde il gestore. Scompaiono!

Cuba in primo piano
        
Il Comitato Pro Mella si riunisce tutti i giorni con le adeguate precauzioni.
Si cambia di volta in volta il luogo degli appuntamenti, si scelgono luoghi remoti e orari non usuali. Non passa giorno senza che la stampa non si faccia eco dei fatti sull’Isola, anche se a volte lo fa con una confusione ridicola. Riporta anche fatti di intrascendenza innegabile come quando parla di zuccherifici in mano ai loro lavoratori e dei grandi incontri organizzati dalla Lega Antimperialista al Parque Central avanero. L’Esercito ha dal 4 settembre, un nuovo capo, un sergente chiamato Batista e gli ufficiali machadisti, privi di comando, comincia a rifugiarsi con la coda fra le gambe, all’hotel Nacional. Un’altra notizia rende noto che il sergente è già colonnello e che il Governo collegiale, la cosiddetta pentarchia, è cessato perché gli studenti dell’Università hanno eletto un presidente. In America ed Europa, Cuba è notizia di prima pagina.
Si raccoglie il denaro necessario per il trasporto a Cuba dele ceneri e si fissa la data di spedizione. Rimaneva solo di organziizare una grande veglia nella quale operai, studenti e intellettuali dicano in tutta verità il significato rivoluzionario di Julio Antonio Mella. Per questo il Comitato Pro Mella sollecita e ottiene – sembra un simbolo – l’anfiteatro Bolívar della Scuola Nazionale Preparatoria. La sera in questione prendono posto, alla presidenza, i rappresentanti di tutte le organizzazioni affini, di Cuba e Maessico. Il centro della fila lo si riserva, per accordo unanime, ala scrittrice cubana Mirta Aguirre e nel gruppo si distingue il pittore di murales Alfaro Siqueiros. Sul lungo tavolo presidenziale, lo scrigno con le preziose ceneri, sul fondo un ritratto in cui Julio Antonio appare altero, poderos, sfidante. Vivo.
(Continua)

 Los entierros de Mella (I)

Ciro Bianchi Ross • 
digital@juventudrebelde.cu
27 de Junio del 2015 18:47:27 CDT

Las cenizas de Julio Antonio Mella fueron despedidas en Ciudad de
México por los sables de la Policía Montada y recibidas en La Habana
por los rifles de los soldados comandados por Batista, escribía Juan
Marinello, en 1975, al evocar aquel 28 de septiembre de 1933 cuando
llegaron a Cuba los despojos del líder estudiantil y fundador del
primer Partido Comunista cubano, asesinado en México cuatro años
antes.
Una multitud enorme las esperaba en el puerto, en silencio. Días
antes, militantes comunistas, estudiantes, sindicalistas y obreros de
la construcción habían levantado en uno de los ángulos de la Plaza de
la Fraternidad el túmulo adornado con flores, el cual las guardaría de
manera provisional, y un monumento que luciría un busto del joven
revolucionario, realizado por el escultor español Juan López. Ya
antes, en el pueblo de Regla, una calle había recibido el nombre de
Mella.

Peligro en el muelle

La situación política en la Isla era violenta, compleja e inestable
tras la caída de la dictadura de Machado, el 12 de agosto. Conspiraban
los oficiales del ejército del régimen depuesto; el embajador
norteamericano acentuaba sus actitudes injerencistas y se cernía sobre
el país la amenaza de la intervención militar extranjera. Washington
no reconocía al presidente Grau, que había repudiado la Enmienda
Platt, y se entendía con Batista de manera más o menos abierta.
Tampoco los comunistas conciliaban con el mandatario y calificaban a
Antonio Guiteras, su ministro de Gobernación, empeñado en un programa
radical de reformas, de «social fascista de izquierda». Los comunistas
tenían muy en cuenta lo que era cierto: Batista era el verdadero poder
en Cuba y el Coronel no podía ver con buenos ojos el fervor con que se
recibían aquí los despojos del dirigente estudiantil asesinado.
Alguien subió al barco y avisó a Marinello, que encabezaba la comisión
encargada de exhumar los restos mortales de Mella y trasladarlos a La
Habana, de los peligros agazapados en el muelle. Marinello entregó el
cofre con las cenizas a una norteamericana de absoluta confianza que,
sin contratiempos, lo pasó por la aduana en un bolso de mano, y ya en
el muelle de la Ward Line lo entregó a su vez a los militantes
comunistas Ramón Nicolau y Juan Blanco, quienes guardaron el cofre en
una urna de mármol. Les entregó asimismo la mascarilla que se le hizo
recién asesinado. Tuvo lugar allí un simbólico y emotivo homenaje
antes de salir hacia la calzada de Reina, 402, esquina a Escobar, sede
en esos momentos de la Liga Antiimperialista y que fuera la residencia
del senador machadista Wifredo Fernández, y que más tarde sería —y
durante largos años— cuartel de la Policía Secreta. Colocada en una
parihuela que cargaron seis trabajadores, la urna de mármol recorrió
escoltada por la multitud, las calles de Egido y Monte, y arribó a la
Plaza de la Fraternidad antes de remontar Reina y llegar a su destino.
Allí, el escultor Juan José Sicre sacó varias copias de la mascarilla.

El discurso de Rubén

Llegó así el 29 de septiembre. Desde uno de los balcones del local de
la Liga Antiimperialista, el poeta Rubén Martínez Villena, más muerto
que vivo, devastado ya por la tuberculosis que le estrangulaba la voz,
se dirigió a la multitud. Sería la última vez que hablaría en un acto
público. Apenas pudo hacerse oír. Dijo:
“Camaradas, aquí está, sí, pero no en ese montón de cenizas sino en
este formidable despliegue de fuerzas. Estamos aquí para tributar el
homenaje merecido a Julio Antonio Mella, inolvidable para nosotros,
que entregó su juventud, su inteligencia, todo su esfuerzo y todo el
esplendor de su vida a la causa de los pobres del mundo, de los
explotados, de los humildes… Pero no estamos solo aquí para rendir ese
tributo a sus merecimientos excepcionales. Estamos aquí, sobre todo,
porque tenemos el deber de imitarlo, de seguir sus impulsos, de vibrar
al calor de su generoso corazón revolucionario. Para eso estamos aquí,
camaradas, para rendirle de esa manera a Mella el único homenaje que
le hubiera sido grato: el de hacer buena su caída por la redención de
los oprimidos con nuestro propósito de caer también si fuera
necesario”.
De pronto comenzaron los disparos. La soldadesca, provista de armas
largas, tiroteaba el local de la Liga Antiimperialista y se ensañaba
con la multitud. Hubo varios muertos y heridos, entre ellos, Paquito
González, un pionero de 13 años, vecino de Correa 5, en Jesús del
Monte, a quien una bala de Springfield alcanzó en la cabeza para
dejarlo con la masa encefálica al descubierto y confundida con el
cabello en una imagen siniestra e impactante. Cerca de Paquito estaba
Natasha —la hija de Mella, de seis años de edad—, que gracias a la
rápida actuación de un amigo de la familia se salva de las balas. En
la Plaza de la Fraternidad, un grupo de marinos y soldados destruían
el túmulo funerario.
Las cenizas de Mella, en la confusión, parecieron perdidas.

Todas las organizaciones

A comienzos de ese mes de septiembre, el día 5, se constituía en
México el Comité Pro Mella para la exhumación y el traslado de sus
restos a La Habana. En el grupo, junto a Marinello, estaba Pepilla, su
esposa e inseparable compañera, Mirta Aguirre, Caridad Proenza y
Gertrudis Sánchez Rueda, entre otros que representaban todas las
entidades revolucionarias de Cuba y México: Partido Comunista, Socorro
Rojo, Ala Izquierda Estudiantil, Liga Antiimperialista, Federación de
Estudiantes Revolucionarios… Debían recaudar fondos para el envío de
los restos a Cuba y, con ese motivo, organizarían una gran velada en
la Universidad, además de numerosos mítines en fábricas y sindicatos.
Había entre todos los comprometidos un cordial entendimiento; y hasta
los universitarios de derecha reverenciaban la actitud vertical del
líder caído.
El Comité no debió esperar mucho para obtener el permiso de
exhumación. Ese mismo día, a las nueve de la noche, con una celeridad
sorprendente, el Departamento de Salubridad comunicaba que al día
siguiente, al amanecer, se podría proceder a la extracción de los
restos. A la hora convenida se reunieron en el cementerio los miembros
del Comité que pudieron ser avisados. Los acompañaba el imprescindible
notario, un viejo de bigotes híspidos que parecía haber sobrevivido a
la dictadura de Porfirio Díaz y que, sin duda, desconocía entre qué
gente se movía. Pide el anciano los libros sepulcrales, revisa folios
y expedientes hasta que encuentra lo que busca. “Don Julio Antonio
Mella… tumba 45”, exclama, y aunque a los del Comité ese «don» les
suena como una ofensa grave, se dirigen, silenciosos, hacia la tumba
indicada. Un modesto monumento del Partido Comunista mexicano cubre la
fosa. La emoción es inenarrable.

No es Mella

Los minutos se alargan. El tiempo no parece transcurrir. A cada
paletada de tierra que se saca sigue la lluvia de desinfectantes que
los de Salubridad dejan caer en el hueco que se ensancha. Al fin, un
golpe seco. La pala ha chocado con la caja. Siguen su obra las azadas
y salen trozos de madera podrida. Hay expectación en el grupo. De
pronto, uno de los sepultureros levanta un maxilar amarillo, pequeño,
cobarde y del grupo sale un ¡No! rotundo. No, ese no es Julio Antonio.
Vuelve el notario sobre los libros sepulcrales. Hay un error evidente.
Se escarbó en la tumba 44. Por un motivo u otro, el monumento del
Partido mexicano fue movido de lugar. Se busca ahora en la fosa que se
cree correcta. La misma espera, la misma ansiedad. El mismo golpe de
la pala al chocar con la caja. Se tiran al fondo las cuerdas y se
extrae el ataúd que se coloca con cuidado junto al hueco. Vuelve la
lluvia de formol. De un golpe se hace volar la tapa y sigue en el
grupo un instante de mudez indefinible. ¡Es él! Dentro de la caja hay
un esqueleto envuelto en vestiduras. La calavera —blanquísima— es
grande y fuerte; luce un mentón poderoso y retador. La frente está
tajada al medio. De la parte superior arranca la melena inconfundible.
El horno crematorio es primitivo, elemental. Se precisan dos horas
para que la obra se concluya y los que acompañan los restos se
acomodan como pueden en el piso. Hay muchos policías y llegan más, y
carros jaula. Algunos de los del Comité hablan sin pelos en la lengua,
y las autoridades cargan con ellos y con otros que, aunque permanecen
callados, les son conocidos de lances anteriores. Las jaulas van y
vuelven hasta que queda un grupo pequeño en espera de que los huesos
sean ceniza. Hay ambiente de indignación y rebeldía.
Sacan al fin las parihuelas con los restos humeantes. La incineración
no ha sido completa. El cráneo está casi intacto. Pero no hay tiempo
que perder. Se impone salir de allí cuanto antes. Echan las cenizas en
un cofre tallado al viejo estilo y gana el grupo las avenidas de la
necrópolis. Pasan entre montones de gendarmes, que miran y anotan.
Marinello lleva el cofre, lo aprieta contra sí. Con él, la policía no
se atreve. Viste un buen traje, es hombre fino y de buenos modales; un
escritor, es un profesor universitario y el título impone. Pero esa
gente es capaz de todo. Para despistar, hay que llevar el cofre a una
agencia de pasajes. Marinello salta a un automóvil. Llega a la agencia
y espera. Detrás, poco a poco, llegan los otros. Sacan con precaución
las cenizas y las llevan a la casa de la cubana Caridad Proenza, que
las guarda hasta que son traídas a Cuba.
Arriban a la agencia los gendarmes. Preguntan, furiosos, por las
cenizas. Ya no están aquí, responde el gerente. ¡Volaron!

Cuba en primera plana

El Comité Pro Mella se reúne a diario con las consabidas precauciones.
Se cambia una
y otra vez el lugar de las citas, se escogen lugares remotos y horas
inusuales. No pasa un día sin que la prensa no se haga eco de los
sucesos en la Isla, aunque lo haga a veces con una confusión risible.
También reporta hechos de innegable trascendencia como cuando habla de
centrales azucareros en manos de sus trabajadores y de grandes mítines
organizados por la Liga Antiimperialista en el Parque Central
habanero. El Ejército tiene, desde el 4 de septiembre, un nuevo jefe,
un sargento llamado Batista, y la oficialidad machadista, sin mando,
comienza a refugiarse, con el rabo entre las piernas, en el Hotel
Nacional. Otra noticia da cuenta de que ya el sargento es coronel, y
que el Gobierno colegiado, la llamada pentarquía, ha cesado porque los
estudiantes de la Universidad eligieron a un presidente. En América y
Europa, Cuba es noticia en primera plana.
Se recauda el dinero necesario para el traslado a Cuba de las cenizas
y se fija la fecha del envío. Quedaba solo organizar una gran velada
en la que obreros, estudiantes e intelectuales digan con toda verdad
la significación revolucionaria de Julio Antonio Mella. Para eso el
Comité Pro Mella solicita y obtiene —parece un símbolo— el anfiteatro
Bolívar, de la Escuela Nacional Preparatoria. La noche en cuestión
toman asiento en la presidencia representantes de todas las
organizaciones afines de Cuba y México. El centro de la fila, por
acuerdo unánime, se le reserva a la escritora cubana Mirta Aguirre, y
en el grupo sobresale el muralista Alfaro Siqueiros. Sobre la larga
mesa presidencial, el cofre con las preciadas cenizas, y al fondo un
gran retrato en el que Julio Antonio luce altivo, poderoso, retador.
Vivo.
(Continuará)

Ciro Bianchi Ross
cbianchi@enet.cu
http://wwwcirobianchi.blogia.com/
http://cbianchiross.blogia.com/



domenica 28 giugno 2015

Soddisfatto

SODDISFATTO: sono esausto (Roma)