Fonte: El Nuevo Herald
Cuba
AGOSTO 12, 2015
El cardenal cubano Ortega le entregó carta del Papa a Obama en reunión
secreta
El Papa Francisco y el presidente Barack Obama intercambian regalos durante
una audiencia privada el 27 de marzo del 2014 en El Vaticano. GABRIEL BOUYS AFP/Getty Images
NORA GÁMEZ TORRES
Tres meses antes del histórico anuncio que cambió las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el cardenal cubano Jaime Ortega le
entregó al presidente Barack Obama una carta enviada por el Papa Francisco,
durante un encuentro secreto que tuvo lugar en la Casa Blanca el 18 de agosto
del 2014.
El Papa Francisco envío a Ortega cartas dirigidas a
Raúl Castro y a Obama, esta última con la instrucción específica de que debía
ser entregada al Presidente en persona. En un breve intercambio en un patio
cercano al Rose Garden, el cardenal le entregó a Obama la carta del Papa, en la
que el pontífice ofrecía “ayudar de cualquier modo” en las negociaciones con
Cuba.
Nadie supo de este encuentro porque los datos de
Ortega nunca aparecieron en el libro de visitas de la Casa Blanca.
Todo esto, de acuerdo con un artículo de Peter Kornbluh y William Leogrande publicado el
miércoles en la revista Mother Jones, que resume un nuevo
capítulo de la reedición de Back Channel to Cuba, The Hidden History of Negotiations Between
Washington and Havana, de venta en las
librerías en octubre.
Kornbluh dirige el proyecto de documentación sobre
Cuba del Archivo Nacional de Seguridad, un centro de la Universidad George
Washington, y LeoGrande es profesor de Ciencias Políticas de American
University. Back Channel to Cuba recoge cinco décadas de
diplomacia secreta y diálogos tras bambalinas entre varios presidentes
estadounidenses y básicamente, Fidel Castro. El nuevo capítulo recoge las
negociaciones secretas (hubo más de una) entre Obama y Raúl Castro. Aquí están
algunos de sus argumentos más explosivos:
▪ La idea de involucrar al Papa Francisco en las
negociaciones salió de la Casa Blanca, congresistas y cabilderos que buscaban
el acercamiento, no del Vaticano.
▪ A partir de la colaboración entre EEUU y Cuba
para ayudar a la recuperación de Haití, tras el terremoto del 2010, miembros
del equipo de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton, sostuvieron
negociaciones secretas con funcionarios cubanos sobre la liberación de Alan
Gross, el subcontratista de la USAID que fue encarcelado en Cuba en diciembre
del 2009. Para septiembre del 2011, los cubanos ya habían propuesto
explícitamente canjear a Gross por los cinco espías cubanos de la Red Avispa.
▪ Fueron los negociadores de la Casa Blanca, Ben
Rhodes y Ricardo Zúñiga (a quienes Obama encomendó negociar con el gobierno
cubano a partir de abril del 2013) quienes propusieron canjear al espía Rolando Sarraf, preso en Cuba,
por los restantes miembros de la Red Avispa (René González había sido liberado
en el 2011). La idea intentaba destrabar las negociaciones de “un punto
muerto”: la Casa Blanca no podía canjear a Gross por los espías cubanos porque
no consideraba a Gross un espía.
▪ Rhodes y Zuñiga hicieron saber a los cubanos de
las intenciones del presidente Obama de relajar las regulaciones sobre viajes y
comercio con Cuba durante la reunión final de las negociaciones en el Vaticano
en octubre del 2014.
▪ La Casa Blanca mantuvo en la oscuridad al
Pentágono acerca de las negociaciones para alcanzar un acuerdo con Cuba. Entre
quienes sí sabían de las negociaciones estaban el vicepresidente Joe Biden, el
jefe del gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, y Susan Rice, consejera
de Seguridad Nacional de la administración Obama. Según los autores, el
secretario de Estado, John Kerry, no estuvo al tanto de una reunión secreta de
negociaciones que se realizó en junio del 2013, pero se le informó
posteriormente.
▪ La Casa Blanca, miembros del Congreso y Trimpa
Group, una firma de cabildeo, actuaron mancomunadamente para producir las
condiciones que permitieron llegar a un acuerdo con Cuba y presentarlo al
público estadounidense sin mayores daños políticos para Obama.
Una funcionaria de la Casa Blanca confirmó a el Nuevo
Herald el encuentro entre Ortega y Obama. También que la sugerencia de
intercambiar a Sarraf vino del equipo estadounidense “bajo el contexto de que
Cuba también estaba realizando concesiones en un número de medidas” y que los
cubanos fueron informados de las intenciones de Obama de eliminar restricciones
de viaje, comercio y telecomunicaciones, “consistente con el entendimiento mutuo
que Cuba iba a liberar a prisioneros políticos al igual que realizar otras
concesiones”.
CABILDEANDO AL PAPA
Kornbluh y LeoGrande alegan que la sugerencia de
involucrar al Papa habría venido del congresista Dick Durbin, demócrata por
Illinois, en una reunión en septiembre del 2013 en la oficina de Rice. Una
funcionaria de la Casa Blanca dijo no tener conocimiento de esta reunión pero
señaló que “muchos de los grupos cubanoamericanos estaban sugiriendo que el
Vaticano podría estar dispuesto a ayudar en el proceso”.
Pero el artículo destaca que el senador Patrick
Leahy–quien fue instrumental en la liberación de Gross y, según se ha revelado,
en la trama que concluyó con la inseminación artificial de la esposa del espía
cubano Gerardo Hernández–envió cartas y mensajes a los cardenales Ortega (La
Habana), Theodore McCarrick (Washington) y Sean O’Malley (Boston) en los que
los instaba a pedirle al Papa que ayudara a resolver el tema de los prisioneros
por cuestiones “humanitarias”.
James Williams, actual director del grupo de cabildeo
Engage Cuba y en aquel entonces director de políticas públicas de Trimpa Group,
confirmó a el Nuevo Herald que estuvo presente en una reunión reseñada en el
artículo con el cardenal O’Malley en la catedral Holy Cross en Boston, en marzo
del 2014. Durante el encuentro, el ex consejero de Obama, el abogado Gregory B.
Craig, entregó la carta de Leahy al cardenal y varios activistas le explicaron
al religioso acerca de los esfuerzos que se estaban realizando para cambiar la
política hacia Cuba.
La Casa Blanca también envío al Vaticano un mensaje
sobre el interés de Obama de discutir sobre ese tema en una visita a Roma en
marzo. En el Vaticano, “Obama le dijo al Papa lo que estábamos haciendo con
Cuba y que sería útil si él jugaba un rol”, dijo un funcionario de la Casa
Blanca a los autores. Es entonces que el Papa decide enviar las cartas a ambos
mandatarios en los que les pide “resolver cuestiones humanitarias de interés
común, incluyendo la situación de ciertos prisioneros, para iniciar una nueva
fase en las relaciones”.
EL PAPEL DE HILLARY CLINTON
El capítulo escrito por Kornbluh y Leogrande llena
muchas lagunas en relación a cómo el presidente de Estados Unidos, con la ayuda
de congresistas y cabilderos logró cambiar una política de cinco décadas.
También da a conocer detalles, hasta ahora desconocidos, como las negociaciones
secretas que tuvieron lugar cuando Hillary Clinton era secretaria de Estado.
La jefa del equipo de Clinton, Cheryl Mills, y la
secretaria adjunta para el Hemisferio Occidental, Julissa Reynosso, se
reunieron en secreto con funcionarios cubanos en restaurantes de Puerto
Príncipe en Haití, bares de Manhattan y un hotel en Santo Domingo, a partir del
2010 y hasta el 2012.
Kornbluh comentó a el Nuevo Herald que las negociaciones
sobre colaboración médica en Haití se enfriaron cuando los cubanos pidieron el
fin del Cuban Professional Medical Parole, un programa de visas para médicos y
especialistas que abandonan las misiones de colaboración del gobierno cubano en
terceros países, pero luego continuaron enfocadas en el tema de los
prisioneros.
Las funcionarias se centraron en la liberación de
Gross mientras los cubanos pidieron visas para las esposas de dos de los espías
cubanos. Eventualmente el Departamento de Estado arregló en secreto las visitas
de las esposas de Gerardo Hernández, el jefe de la red, y René González, en el
2010, mientras los cubanos permitieron a Judy Gross visitar a su esposo en el
hospital militar donde estaba prisionero.
Pero las conversaciones no fueron mucho más lejos y en
mayo del 2012, Clinton recibió un memo de su equipo negociador con la siguiente
recomendación: “Tenemos que seguir negociando con los cubanos sobre la
liberación de Alan Gross, pero no podemos permitir que esta situación bloquee
un avance en las relaciones bilaterales. Los cubanos no van a ceder. O tratamos
con los Cuban Five o dejamos esos dos temas fuera”.
CONECTANDO LOS PUNTOS
Además los autores ubican quiénes fueron los
principales protagonistas que actuaron para impulsar el acuerdo. En el centro
de estos esfuerzos se ubica la firma de lobby Trimpa Group, que recibió una
donación de un millón de dólares de Patty Ebrahimi, la esposa de Fred Ebrahimi,
antiguo dueño de la compañía de software Quark.
Patty Ebrahimi nació en Cuba y, según comentó
Williams, estaba “frustrada de que el gobierno le dijera que no podía viajar” a
la isla . Como ya no tenía familiares vivos en Cuba, Ebrahimi sólo podía viajar
con las restricciones impuestas por las regulaciones de los “viajes pueblo a
pueblo”.
Williams dijo a el Nuevo Herald que la campaña montada
por Trimpa tuvo otros donantes, pero no reveló más detalles. También aclaró que
el grupo “asesora a los donantes, que quieren ver progreso en determinados
temas y crea una estrategia política para ellos. Conectamos donantes con causas
pero no pagamos directamente o damos el dinero”.
No obstante, Trimpa Group sí financió los estudios de
opinión realizados por John Anzalone, encuestador de Obama, el Atlantic Council y FIU sobre el
tema cubano.
Williams dijo a Kornbluh y LeoGrande que las encuestas
tenían la intención de “mostrar amplio apoyo al cambio” y “dar voz a la mayoría
silente”. En otro fragmento del artículo, los autores describen las encuestas
como un intento del Grupo Trimpa de “reforzar” el argumento de que “no habría
retroceso para los demócratas en la Florida si Obama cambiaba su política hacia
Cuba”.
Según el artículo, el lobby montado
por Trimpa contrató además a Luis Miranda, ex director de comunicación de la
Casa Blanca para medios hispanos, y creó la organización #CubaNow, que presionó
para el cambio de política y el levantamiento del embargo.
“#CubaNow fue una creación del Trimpa Group”, alegan
los autores del artículo, una descripción que su director ejecutivo, Ric
Herrero, considera “no es del todo adecuada” ya que está ausente la conexión
cubanoamericana.
“#CubaNow existe gracias a donantes y activistas
cubanoamericanos que estaban cansados de nuestra fallida política de embargo.
Ellos querían ver a nuestro gobierno abrazar una nueva aproximación hacia Cuba,
enfocada en empoderar al pueblo cubano y avanzar los intereses de EEUU y
contrataron a experimentados estrategas como Trimpa, yo y otros para construir
una campaña y hacerlo posible”, declaró Herrero a el Nuevo Herald.
Antes de convertirse en el director ejecutivo de Cuba
Now, Herrero se desempeñaba como vicedirector ejecutivo del Cuba Study Group,
otra organización sin fines de lucro compuesta por empresarios cubanoamericanos
que abogan por el acercamiento con Cuba.
Herrero y Williams ahora dirigen juntos el grupo de
acción política New Cuba Pac, que continúa abogando en el Congreso por eliminar
las restricciones de viaje y comercio con Cuba.
La arquidiócesis de la Habana declinó comentar sobre
el viaje de Ortega a la Casa Blanca. El Departamento de Estado y el Vaticano
tampoco respondieron a peticiones de comentario sobre esta historia.
El reportero Glen Garvin contribuyó a este reporte.
Siga a Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres