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domenica 6 dicembre 2015

Presentazione della Rivista Nuovo Cine Latinoamericano, n° 17

Con queste parole del vecchio e caro amico Senel Paz, intellettuale, cineasta e scrittore, autore di diversi soggetti, libri e racconti fra cui “El lobo, el bosque y el hombre nuevo”, da cui è stato tratto il film “Fragole e cioccolata”, primo film cubano candidato all’Oscar, è stato presentato il numero 17 della rivista Nuevo Cine Latinoamericano, corrispondente all’inverno 2015/16. Penso che valga la pena di pubblicarle in lingua originale e con relativa traduzione in italiano, sperando che non perdano la punta di ironica freschezza.






Estimados cineastas:
Los llamo así porque es nuestro lado de cineastas lo que nos reúne en esta sala, hagamos o no películas.
Siempre que me ha tocado presentar una revista del cine cubano la leo con atención de la primera a la última página, solo en esas ocasiones.  Lo he hecho ahora y puedo confirmar para ustedes que estamos ante una revista... de peso.
Debo confesar  también que no más abrirla tuve la sensación de que se me parecía a algo, pero no pude determinar a qué, así que seguí de largo sin detenerme en problemas de originalidad.
No me gusta, en una presentación, ponerme a  pasear por el índice o a interpretar a cada autor. Es algo que hará cada uno de ustedes. El propio equipo de redacción se encarga, en la portada, de llamarnos la atención sobre los tema que considera más relevantes:  el dossier sobre las mujeres cineastas y el de las series televisivas; las entrevistas; las clases magistrales de ilustres visitantes y los 30 años de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
De todo ese menú  voy a referirme solo a algunos platos que me gustaron particularmente. Del dossier sobre las mujeres realizadoras, que aborda el trabajo de ellas desde varios ángulos --la producción, la realización, los contenidos y las poéticas--, elijo el artículo "Tabú, intimidad y pudor: el cine realizado por mujeres", de Jorge Ruffinelli. Ruffinelli es, en el mundo de las publicaciones del cine latinoamericano, lo más cercano que tenemos a Dios: está en todas partes. Pero Dios lo tiene fácil, le basta con soplar. A Ruffinelli no: él se lo pasa investigando, estudiando y pensando sobre los más diversos asuntos y luego tiene la bondad de compartir con nosotros el fruto de ese trabajo tremendo, agudo, amoroso e inagotable. Sobre este artículo les digo algo muy sencillo: no se lo pierdan.
Soy de los que lee las revistas saltando de un lado para otro, al estilo conejo (canguro que diría Mel Gibson por ser australiano), y de aquí me voy al artículo "Internet y el fin de la televisión de masas", adonde llegué atraído por la fama de su autor, Ignacio Ramonet, francés nacido en España o al revés. Excepto las fotos del propio Ramonet,  todo es interesante en el artículo. Este señor, como ya sabemos, no se cansa de decirnos cosas  inteligentes y de inquietarnos. Escribe: "Hay un cambio que se está produciendo en la relación con los contenidos audioavisuales, con los programas de la televisión. Todos los estudios, las encuentas que se han hecho últimamente sobre las nuevas prácticas del uso de la televisión... indican que estamos asistiendo a un cambio muy rápido en el consumo, lo que podríamos  llamar el consumo lineal de la televisión, el hecho de que veamos un programa.  ¿A qué llamamos consumo lineal? Es cuando veo la televisión en el momento en que se difunde el programa. Si estoy frente al televisor cuando se está difundiendo un programa, eso es un consumo lineal; estoy sincrónico con la televisión, con el canal de televisión. Pero eso que parece una obviedad está siendo cada vez menos frecuente..."  Y a partir de ahí el hombre toma impulso y nos pone a pensar en cosas que tenemos delante y en las que no hemos reparado.
Encontrarán ustedes este texto entre las páginas 42 y 49, casi el centro de la entrega, punto donde me volvió la maldita sensación de que la revista se me parecía a algo,  alguna cosa.
No menos atractivo es el  texto de Diego Lerman sobre "Las series como una posibilidad de experimentar". El autor sabe de lo que habla y lo hace en estilo anticremático, es decir, sin esparadrapos en la boca.
De este título, confundido por la vanidad, pasé a la propuesta de Dan Halsted titulada: "Los mejores escritores dan los mejores trabajos". Pensé que se hablaría de mí; pero no, el autor se extiende sobre temas en los que es  experto y acumula una profunda vivencia, y lo hace al calor y la pasión del diálogo que propició, aquí en La Habana y en este mismo hotel, el seminario La serie televisiva actual y el impacto de su estética y sus dinámicas en la producción audiovisual contemporáneas, organizado por este Festival en  su edición pasada.
En esta línea de interés, especialización e intercambio con el público, están las tres conferencias magistrales, material igualmente propiciado por las actividades colaterales del Festival que la revista tiene el tino de compartir con todos a través de este número y convertirlo así en referencia que podemos visitar a gusto. Estas clases estuvieron entre lo mejor que ocurrió el año pasado, por lo que el concepto de "actividades colaterales" va a tener que ser revisado.
Como me prometí no caer en la pedantería de comentar la revista título por título, y dejando a un lado la sensación de que el número me recordaba cada  a otra cosa, paso a una última recomendación: La entrevista a Iván Giroud realizada  por Antonio Enrique González, periodista de la publicación digital cubana La Jiribila.  Pero antes de referirme a ella, la entrevista, y a él, Iván, tengo que hacer mención a otro asunto primordial que apenas aparece en él índice pero que está presente en todo el número.
Una publicación no es, no se reduce,  a su contenido. Si no hay diseño, si no hay trabajo de edición, entendido como pensamiento y el cuidado de cada página en su esencia y su forma, la revista no tendrá el  cuerpo, la efectividad, el peso que tiene esta y no irá a la maleta de ustedes el día de la partida sino al cesto de la basura de la habitación del hotel. El diseño gráfico está a cargo de 10K, y ustedes harán algo bueno por sí mismo su recorren la revista apreciando su presentación, tan bella como inteligente. La jefa de redacción es Xenia Reloba, y como director aparece Iván Giroud, a quien seguro debemos la mirada de águila sobre el conjunto, en tanto que las tareas gordas habrán recaído sobre la editora, como ocurre casi siempre. En todo caso, entre los méritos más importante y maravilloso de ambos está el que tengamos  la revista en la mano,  a tiempo, en el día y la hora señalado. Esta es, posiblemente, la parte más difícil de una publicación cubana, y para conseguirlo el equipo tiene que emplear todo tipo de efectos especiales.
El diseño incluye, incluso, una muestra de aquello que antes llamábamos "mensaje subliminal", y que hace unos años era el no va más en las teorías comunicacionales. El concepto existe desde hace mucho, de cuando Ramonet era chiquito y todavía no hablaba francés. Encontramos este mensaje en el reverso de la portada, donde se ubica lo que parece un inocente anuncio del ron Havana Club con el que los editores nos están diciendo, subliminalmente, que aceptamos los tragos que ustedes les quieran obsequiar por el buen trabajo realizado.
Volvamos a la entrevista de Don Iván,  bautizado así desde su discurso de anoche en la inauguración del Festival. En  esas páginas se aprecia, no porque él lo diga sino porque está en la esencia de su saber y su reflexión, que el director de nuestro Festival no ha acompañado por gusto y durante tantos años a los cineastas de este país y a muchas de sus figuras fundadoras, sino que se ha alimentado con lucidez de esa experiencia y la ha ello suya. Podemos afirmar con cariño porque este no lo podríamos evitar, pero con toda responsabilidad, que en Iván Giroud está, como en pocos de nosotros, la fuerza pero también el espíritu de nuestra cinematografía.
Y con su entrevista comprendí finalmente a qué se me parecía la revista: al Festival, y con él a nosotros, los cineastas cubanos. El Festival la recorre página por página con la misma seriedad, entusiasmo y gozo que está en los cines; con la misma sensibilidad,  inteligencia e imaginación de todo el programa. Esta revista es, como cualquier película, guión o cartel hecho en esta isla o por gente nacida en ella, cine cubano, para hoy y para siempre, de nosotros para ustedes. Gracias por ello, equipo de Nuevo Cine Latinoamericano, No. 17.
Muchas gracias.







Egregi cineasti:
Vi chiamo così perché è questa nostra parte di cineaste che ci riunisce in questa sala, facciamo o no pellicole.
Ogni volta che mi è toccato presentare una rivista del cinema cubano l’ho letta con attenzione dalla prim all’ultima pagina, solo in queste occasioni. L’ho fatto e adesso posso confermare davanti a voi che siamo di fronte a una rivista...di peso.
Devo confessare anche che solo all’aprirla ho avuto la sensazione che mi sembrava qualcosa, ma non ho potuto detrminare cosa, così che ho proseguito senza soffermarmi in problemi di originalità.
Non mi piace, in una presentazione, mettermi a scorrere l’indice o interpretare ogni autore.
È qualcosa che farà ognuno di voi. La stessa equipe di redazione si incarica, nella copertina, di richiamare la nostra attenzione sui temi che considera più rilevanti: il dossier sulle donne cineaste, e quello delle serie televisive; le interviste; le conferenze magistrali di illustri visitatori e i 30 anni della Fondazione del Nuovo Cine Latinoamericano.
Di tutto questo menù, mi riferirò solo ad alcuni piatti che mi sono piaciuti particolarmente.
Del dossier sulle donne realizzatrici che affronta il loro lavoro da diversi angoli – la produzione, la realizzazione, i contenuti e la poetica – scelgo l’articolo “Tabù intimità e pudore: il cine realizzato dalle donne”, di Jorge Ruffinelli. Ruffinelli è, nel mondo delle pubblicazioni sul cine latinoamericano, quello che abbiamo più vicino a Dio: è da tutte le parti. Ma per Dio è facile, gli basta soffiare. Per Ruffinelli invece no gli se la passa investigando, studiando, pensando sui diversi fatti e poi ha la bontà di compartire con noi il frutto di questo arduo lavoro, acto, amorevole e infinito. Su questo articolo dico qualcosa di molto semplice: non ve lo perdete.
Sono di quelli che leggono le riviste saltando da un lato all’altro, stile coniglio (Mel Gibson, come australiano mi direbbe canguro), da qua vado all’articolo “Internet, fine della televisione di massa”, dove sono arrivato attratto dalla fama del suo autore Ignacio Ramonet, francese nato in Spagna o al contrario. Tranne le foto, dello stesso Ramonet, l’articolo è tutto interessante, Questo signore, come già sappiamo, non si stanca di dirci cose intelligenti e di inquietarci. Scrive: C’è un cambiamento che si sta producendo con relazione agli audiovisuali, nei programmi della televisione. Tutti gli studi, le inchieste che sono stati fatti ultimamente sulle nuove pratiche di uso della televisione...indicano che stiamo assistendo a un cambio molto rapido nel consumo, quello che potremmo chiamare il consumo lineare della televisione, al fatto che vediamo un programma. Cosa chiamiamo come consumo lineare? È quando vedo la televisione nel momento in cui si diffonde il programma, questo è un consumo lineare; sono in sincrono con la televisione, col canale della televisione. Però quello che sembra un’ovvietà viene essendo sempre meno frequente...” E a partire da lì l’uomo prende la spinta e ci mette a pensare a cose che abbiamo davanti e a cui non abbiamo fatto caso.
Potete trovare questo testo tra le pagine 42 e 49, quasi al centro del fascicolo, punto dove mi tornò la maledetta sensazione che la rivista assomigliava a qualcosa, non so cosa.
Non meno attraente è il testo di Diego Lerman su “Le serie come possibilità di sperimentare”. L’autore sa di cosa parla e lo fa con stile disinvolto, vale a dire, senza peli sulla lingua.
Da questo titolo, confuso dalla vanità, sono passato alla proposta di Dan Halsted intitolata: “I migliori scrittori danno i mgliori lavori”. Ho pensato che si sarebbe parlato di me, ma no, l’autore si estende su temi nei quali è esperto e accumula una profonda conoscenza, lo fa col calore e la passione per il dialogo che ha propiziato, qua all’Avana e in questo stesso hotel, il seminario “La serie televisiva attuale, l’impatto della sua estetica e le sue dinamiche nella produzione audiovisiva contemporanea”, organizzato da questo Festival nella scorsa edizione.
In questa linea di interesse, specializzazione e interscambio col publico, ci sono le tre conferenze magistrali, materiale pure propiziato dalle attività collaterali del Festival che la rivista da modo di compartire con tutti tramite questo numero e trasformarlo così in riferimento che possiamo visitare a piacere. Queste lezioni sono state tra il meglio di quello successo l’anno scorso, per cui il concetto di “attività collaterali” dev’essere rivisto.
Siccome mi sono ripromesso di non cadere nella pedanteria di commentare la rivista titolo per titolo e lasciando da una parte la sensazione che il numero mi ricordava qualcos’altro, passo a un’ultima raccomandazione: l’intervista a Iván Giroud realizzata da Antonio Enrique González, giornalista della pubblicazsione digitale cubana La Jiribilla. Ma prima di riferirmi ad essa, l’intervista e a lui Iván, devo menzionare un altro fatto primordiale che appare appena nell’indice, ma che è presente in tutto il numero.
Una pubblicazione non è, non si riduce al suo contenuto. Se non c’è disegno, se non c’è lavoro di edizione, inteso come pensiero e la cura di ogni pagina nella sua essenza e forma, la rivista non avrà il corpo, l’effettività e il peso che ha questa e non entrera nella vostra valigia il giorno della partenza, ma nel cestino dei rifiuti della stanza dell’albergo. Il disegno grafico è a carico di 10K  e voi farete qualcosa di buono sfogliando la rivista e apprezzando la sua presentazione, tanto bella quanto intelligente. La capo redattrice è Xenia Reloba e come direttore appare ivàn Giroud, a chi sicuramente dobbiamo lo sguardo d’aquila sull’insieme, mentre i compiti gravosi saranno ricaduti sull’editrice, come succede quasi sempre. Ad ogni modo, fra i meriti più importanti e meravigliosi di entrambi c’è quello che abbiamo in mano la rivista, in tempo, nell’ora e giorno stabiliti. Questa è, probabilmente, la parte più difficile di una pubblicazione cubana e per ottenerlo la squadra deve impiegare ogni tipo di effetto speciale.
Il disegno comprende, anche, una mostra di quello che prima chiamavamo “messaggio subliminale” e che alcuni anni fa era il non plus ultra nelle teorie di comunicazione. Il concetto esiste da molto tempo, da quando Ramonet era piccolo e non parlava ancora in francese. Troviamo questo messaggio nel retro della copertina, dove si trova quello che sembra un innocente annuncio del rum Havana Club col quale gli editori ci stanno dicendo, subliminalmente che accettano le bevande che gli vogliate ossequiare per il buon lavoro realizzato.
Torniamo all’intervista di Don Iván, battezzato così per il suo discorso pronunciato ieri sera nell’inaugurazione del Festival. In queste pagine si apprezza, non perché lo dica, ma perché è nell’essenza del suo sapere e della sua riflessione che il direttore del nostro Festival non ha accompagnato per niente e durante tanti anni i cineasti di questo Paese e a molte delle sue figure fondatrici, ma che si è alimentato con lucidità di questa esperienza e l’ha fatta sua. Possiamo affermare con simpatia, perché questo non lo possiamo evitare, ma con tutta responsabilità che in Iván Giroud c’è, come in pochi di noi, la forza  e anche lo spirito della nostra cinematografia.
E con la sua intervista ho finalmente capito a cosa si assomigliava la rivista: al Festival e con lui a noi, i cineasti cubani. Il Festival percorre pagina per pagina, con la stessa serietà, entusiasmo e piacere che c’è nei cine; con la stessa sensibilità, intelligenza e immaginazione di tutto il programma. Questa rivista è, come qualsiasi pellicola, sceneggiatura o locandina fatta in quest’Isola o da gente nata in essa, cine cubano, per oggi e per sempre, da noi per voi. Grazie per questo, squadra di Nuovo Cine Latinoamericano, n° 17.
Molte grazie.










venerdì 4 dicembre 2015

Inaugurato il 37° festival del Nuovo Cine Latinoamericano dell'Avana

Per motivi contingenti non ho potuto partecipare all'apertura del festival di quest'anno in cui è stata proiettato il film spagnolo, ambientato in argentina "El Clan".
Per l'occasione, Geraldine Chaplin che forma parte della giuria dei lungometraggi di fiction, ha ritirato il premio che ha vinto lo scorso anno come miglior attrice nel film messicano/cileno "Dolares de Arena".
Intanto il vincitore di diversi premi "Vestido de novia" rappresenta Cuba nella lizza per ottenere il Premio Goya in Spagna.

mercoledì 2 dicembre 2015

Cuba, USA, Ecuador e emigrazione

Uno dei pochissimi Paesi americani (a parte di qualche isoletta dei Caraibi) che non richiedeva il visto d'ingresso per i cittadini cubani, l'Ecuador, ha deciso che dal 1° dicembre per un soggiorno turistico di 90 giorni anche i cubani sono soggetti a rilascio di visto consolare.
La notizia, resa ufficiale il 26 novembre scorso, ha scatenato una corsa agli uffici delle linee aeree e una massiccia presenza di persone davanti alla cancelleria dell'Ecuador.
Le autorità di questo Stato, hanno cercato di risolvere l'emergenza assicurando che tutti coloro che hanno acquisito il biglietto aereo PRIMA del 26/11, avranno il visto automaticamente e senza nessuna pratica da svolgere. Per gli altri, è entrato in vigore l'iter previsto per le pratiche consolari simili nei diversi Paesi del mondo per il rilascio di visti a cittadini di nazionalità che li necessitino. I funzionari del consolato hanno dovuto lavorare ininterrottamente, dandosi il cambio, per almeno 48 ore di seguito.
Dietro a questa manovra, evidentemente, c'è lo zampino degli Stati Uniti che continuano a mantenere una politica migratoria che incoraggia le fughe da Cuba verso gli USA in modo precario e avventuroso. Inutile dire che attorno a queste  fughe si è creato un mercato, vergognoso, ma lucrativo, di trafficanti di esseri umani con relative truffe. L'ultimo grande esempio è rappresentato da migliaia di cubani trattenuti in Costa Rica, di cui la maggior parte giunta dall'Ecuador, con l'intenzione di passare le frontiere che portano al Paese del nord, dove in merito alla legge vigente possono chiedere asilo politico e ricevere aiuti economici e logistici. Caso unico al mondo.
Questa legge comprende anche quella cosiddetta "dei piedi asciutti e piedi bagnati" che protegge i cubani che riescono a giungere a terraferma statunitense, prima di essere intercettati in mare, nel caso si avventurassero nelle acque dello Stretto della Florida. Per un'accordo bilaterale, coloro che non giungono a calpestare il territorio, vengono rimpatriati. Questo ha spinto molti a cercare la via del Messico, direttamente o indirettamente come nel caso di coloro che compiono il lungo viaggio dall'Ecuador con le difficoltà che comporta l'attraversamento di molte frontiere terrestri.
Ieri (1° dicembre) c'è stata una riunione tecnica a Washington fra alti funzionari dei due Paesi (USA e Cuba) in cui fra le altre cose si è discusso della politica migratoria. I nordamericani hanno decisamente affermato di non voler cambiare la loro politica migratoria nei confronti dei cittadini cubani. Da parte sua, Cuba, in questi ultimi anni ha raggiunto una politica migratoria equiparabile alla maggior parte dei Paesi del mondo permettendo, salvo casi di sicurezza o d'interesse nazionale, a qualsiasi cittadino di poter uscire e rientrare nel Paese sempre quando abbia il relativo permesso di entrata del Paese in cui sono diretti. I tempi in cui i cubani che potevano viaggiare erano molto limitati, sono passati. Lo dimostra l'affollamento di richieste di passaggi aerei per ogni angolo del mondo, specialmente da cittadini che hanno doppio passaporto, in genere europeo o statunitense, per cui non necessitano visti per molte destinazioni.

lunedì 30 novembre 2015

Lucho Gatica all'Avana, di Ciro Bianchi Ross

Pubblicato su Juventud Rebelde del 29/11/15 

Poco tempo fa, un amico cileno mi raccontava della sua recente conversazione con Lucho Gatica. Il famoso bolerista cileno, di quasi 90 anni d’età e residente a Miami, ricordava con nostalgia i suoi giorni cubani.
Non poteva essere diversamente perché Lucho fu un idolo nella Cuba della decade del ’50. Basta dire che nella hit parade del 1958 – dato a conoscere il 21 dicembre di quell’anno – tre pezzi interpretati da lui appaiono fra le quattordici selezionate e sono: Piccolissima serenata, di Teddy Reno (non di Renato Carosone come citato, n.d.t.), Allá tú, di Álvaro Carrillo e Regresa a mí, di Carmen Lombardo.
Lucho è venuto per la prima volta all’Avana nel 1954, contrattato da Radio Progreso, l’onda dell’allegria. Era poco meno che uno sconosciuto. Il successo che raccolse qui, allora, gli servì da passaporto nella capitale messicana dove consolidò la sua fama.
Gaspar Pumarejo lo porta nel 1957 per presentarlo alla “Scuola di Televisione” che va in onda di sera sul Canale 2- tele Mundo.
È il momento di punta di Lucho Gatica nell’Isola.
Cristòbal Díaz Ayala dice: “Pumarejo aveva un istinto innato per contrattare artisti. O portava figure al vertice della fama, come Sarita Montiel o Liberace o cercava figure fino allora praticamente sconosciute e le convertiva in idoli, come fece con Lucho Gatica, Paco Michel e Luís Aguilé”.
Pumarejo che è il pioniere della TV a Cuba, ha una straordinaria capacità pubblicitaria ed è capace, dicono quelli che lo conobbero da vicino, di perfezionare un’idea aliena e portarla alle ultime conseguenze. I suoi programmi sono carenti del boato come quelli della CMQ, non sono El cabaret Regalías, con Rolando Ochoa come animatore, né Jueves de Partagás con Enrique Santiesteban; non conta nemmeno con il capitale e l’influenza di Goar Mestre, il magnate del Radiocentro, ma è simpatico, convince e alla gente piace quello che fa, si mette sempre il pubblico in tasca. È un uomo capace di fare uno spettacolo con pane e chorizo – il choripan – che distribuisce nello studio.
Un giorno pumarejo ha una delle sue idee geniali. Decide di portare all’Avana, con tutte le spese pagate, trenta musicisti cubani che sono dispersi nel mondo al fine che partecipino qua a unas giornata che porterà il titolo di Cinquant’anni di musica cubana. Nel gruppo vengono Machito, Vicentico Valdés, Antonio Machín, Zenaida Manfugás, Chiquito Socarrás... Viene, fra gli altri, Antonio Picallo che può reincontrarsi con sua madre dopo ventisette anni senza avere notizie di lei.
Pumarejo decide di omaggiarli in un evento mostruoso nel Grande Stadio del Cerro, attuale Stadio Latinoamericano, il 24 febbraio del 1957.
Lì c’è Lucho Gatica che in questi giorni è la stella dei programmi televisivi dell’impresario.
Giunto il suo turno, Pumarejo domanda a Lucho del tempo che ha trascorso senza vedere sua madre e quando tornerà a vederla. In gennaio, risponde l’artista che è quando potrà tornare in Cile. Pumarejo gli riserva una sorpresa. Dice che ha fatto un collegamento a catena e che potrà vedere sua madre in televisione. Effettivamente, una signora dal viso molto serio, appare su umo schermo gigante e parla con suo figlio. Lucho si strofina gli occhi; non crede a quello che sta succedendo e Pumarejo, senza dargli tempo di riflettere, svela il trucco: la signora è lì, nello stadio, perché Pumarejo l’ha fatta venire dal Cile segretamente.
Lucho gatica piange. La madre piange. Piange Pumarejo. Piangono le trenta mila persone che riempiono il recinto. Piangono i telespettatori.
Piange lo scriba che allora era un bambino. L’uomo del choripan è l’eroe della giornata.

Salto alla fama

Le date delle visite si confondono, forse i protagonisti e l’ordine in cui si registrarono le canzoni. Lucho è venuto varie volte e in certe occasioni trascorse quì lunghe stagioni. Sembra che fu Olga Guillot che propiziò la prima visita di Lucho Gatica all’Avana. La donna che ispirò a René Touzet il suo celebre bolero  La noche de anoche, lo sentì cantare in Cile e si stupì. Lucho che dava i suoi primi passi nel bolero, allora cantava tanghi, cuecas e altre arie folkloristiche della sua terra. Cantò per lei accompagnandosi con la sua ghitarra e lei, improvvisando, interpretò per lui boleri di José Antonio Méndez e César Portillo de la Luz. La Guillot chiese al suo rappresentante Eugenio (Tito) Garrote che facesse la gestione per un viaggio a Cuba di Lucho che all’epoca era il luogo obbligato per il salto alla fama di un artista. “Lui si entusiasmò con il feeling e terminò registrando boleri come Delirio, La gloria eres tú, Contigo en la distancia...” ricordava la Guillot, anni dopo. E lui, compiaciuto, ricordava: “Olga diceva che lei e io eravamo i reali  del bolero”.
Si presenta al Montmartre, il fastoso cabaret di 23 e P, nel Vedado, come parte di un elenco che comprende Edith Piaf.
Poi effettua una lunga stagione nel Parisién del Hotel Nacional, dove lo accompagna al piano Frank Dominguez, di cui registrerà Tú me acostumbraste. Incide anche, con l’accompagnamento del quartetto de Aida, No puedo ser felíz, di Adolfo Guzmán e por nuestra cobardía, di José Antonio Méndez. Per questi due numeri ha al piano Frank Emilio che anni dopo, ricorderà come “un musicista tremendo, meraviglioso”.
Portò all’acetato pezzi di non pochi compositori cubani come Tania Castellanos (En nosotros), José Antonio Méndez (La gloria eres tú e Novia mía), Portillo de la Luz (Delirio), René Touzet (La noche de anoche), Pedro Junco (Nosotros), Osvaldo Alburquerque (Triste condena)...Di Urbano Gómez Montiel registra Canta lo sentimental che gli giunge grazie a Bola de Nieve. A Cuba la cantano Portillo Scull, Gina León ed Elena Burke. Lucho lo trasforma in un successo anche se la versione del cubano Roberto Ledesma fu la più diffusa in tutta l’America.
Interpreta anche Total. Il suo autore, Ricardo García Perdomo la mantiene inedita per oltre dieci anni e quando la “scioglie” è il finimondo.
Nel dicembre del 1959, lo stesso anno in cui esce sul mercato, raggiungeva la insolita cifra di quaranta versioni, fra di esse quelle di Bertha Dupuy, Olga Guillot, fernando Álvarez...Ñico Membiela vende quindici mila copie della sua incisione di Total e un’altro cubano Celio González, in Messico, cinquantatré mila copie in soli tre mesi. La incide anche Lucho Gatica che col passare degli anni riconoscerà che Contigo en la distancia di portillo de la Luz fu il suo primo grande successo discografico. Per certo nel registrarla, cambiò il testo (non il senso) di uno dei suoi versi, cosa che il suo autore uomo acido e ruvido, non tardò a rinfacciargli. No puedo ser feliz e Por nuestra cobardía, hanno pure marcato dei successi, secondo sua propria confessione.
Suoi successi furono anche Reloj, La barca, Historia de un amor, La puerta, Vanidad, Esperame en el cielo, Sinceridad, Encadenados…Di Agustín Lara interpretò: Solamente una vez, Santa, Noches de Veracruz, María bonita. Di Armando Manzanero che fu il suo accompagnatore al piano, Voy a apagar la luz. Risulta impossibile, per lo scriba, tralasciare di citare le sue versioni di Bésame mucho, della messicana Consuelo Velázquez e No me platiques más del pure messicano Vicente Garrido. Lucho la ascoltò da Bola de Nieve e si innamorò del pezzo.
La cantò e la fece sua per sempre. Dirà: “Questa è la canzone che mi identifica, è la mia canzone. Chiunque mi vede per strada mi canta; No me platiques más”.
Lucho Gatica fu presentato a Cuba come “la voce nuova del bolero”.
Quello che è certo è che l’Avana, coi suoi grandi cabaret, canali di televisione, imprese discografiche e pubblicitarie, le sue luci e notti senza fine, cambiarono il ritmo della vita dell’artista. Specialisti affermano che Lucho non assunse il bolero nel modo tradizionale né alla maniera del feeling. Il suo era puro romanticismo, un invito costante all’intimità. In luogo di cantarle, accarezzava le parole e strusciava provocatoriamente le sue labbra col microfono. “Io cantavo in un modo sensuale” dirà più tardi. La critica precisa; “Non ci fu chi non sognasse e si innamorasse con la sua voce profonda e armoniosa”.
Alcuni, oggi, parlano di “luchomania” per definire i sentimenti di simpatia e ammirazione che suscitò nell’Isola. Quella luna di miele, senza dubbio, durò quello che durano le lune di miele. Nel 1959 sopravvenne il divorzio: Lucho non comprese la giustezza della Rivoluzione, fece dichiarazioni molto dure contro e quelli che fino ad allora lo seguivano e ammiravano cominciavano a voltargli le spalle.
Ha sempre detto che ama profondamente Cuba. In ogni modo la sua fama saltò dall’Avana al Messico, Venezuela, Argentina, Perù. In Brasile i suoi successi forono da apoteosi. Passò per Spagna, Portogallo e luoghi più distanti come Filippine, Giappone e Medio Oriente. Nel 1966 si calcolava che aveva venduto circa 22 milioni i dischi, nonostante che nel 1961 un malanno alle corde vocali che si aggraverà con gli anni, lo obbligò a ridurre la frequenza delle incisioni e l’intensità degli spettacoli dal vivo.

50 canzoni immortali

Luis Enrique Gatica Silva – Lucho Gatica – nacque a Rancagua l’11 agosto 1928. Era uno dei sette figli nati dal matrimonio tra Agustín, piccolo agricoltore e comerciante e Juana, amante della musica. La morte del padre, nel 1933, fece si che la famiglia conoscesse ogni tipo di privazioni. Fece gli studi nei collegi dei fratelli Maristas e si iscrisse in una scuola tecnica per meccanici dentisti, studi che concluse, anche se non esercitò mai. Già si inclinava verso la musica e un disco di arie folkloristiche cilene, inciso in duo con suo fratello Arturo, gli aprì le porte delle emittenti locali.
Da allora ha inciso una ventina di album discografici, fra i quali quello che ha per titolo 50 canzoni immortali (2002). Nel 2013 presentò il suo disco Historia de amor dove, in duetto con grandi figure della musica mondiale come Laura Pausini e Nelly Furtado, canta nuove versioni di vecchi boleri. Partecipò in 15 pellicole, quasi tutte filmate prima del 1960 in Messico, Paese dove inoltre fece molta televisione. Gli scrittori peruviani Mario Vargas Llosa e Alfredo Bryce Echenique evocano in vari dei loro libri la figura di Lucho, le sue visite a Lima e il significato che ebbero per loro le sue canzoni. Si è sposato tre volte ed ha sette figli.
Nell’anno 2000, Rancagua, sua terra natale, gli rese omaggio. Due anni dopo gli resero onore  nel XLIII Festival Internazionale della Canzone di Viña del Mar, ma la sua voce già in decadenza deluse il pubblico. Poco dopo, il Governo del Cile gli concedeva l’Ordine al Merito Gabriela Mistral per l’apporto realizzato alla storia musicale del suo Paese. Il 7 novembre 2007 ricevette il Grammy Latino per l’Eccellenza e il 25 gennaio del 2008 fu immortalato con la stella numero 2354 del viale della Fama di Hollywood, essendo il secondo cileno, dopo Don Francisco a ricevere tale riconoscimento. Più di recente ricevette lOrdine al merito Pablo Neruda, la massima distinzione del Consiglio della Cultura e le Arti cilene per figure con un’attività artistico-culturale di livello internazionale.
Noi che abbiamo potuto vederlo e ascoltarlo all’Avana degli anni .50, continuiamo a ricordarlo.


Lucho Gatica en La Habana,
Ciro Bianchi Ross

Hace poco un amigo chileno me contaba de su conversación reciente con Lucho Gatica. El afamado bolerista, con casi 90 años de edad y radicado en Miami, evocaba con alegría y nostalgia sus días cubanos.
No podía ser de otro modo porque Lucho fue todo un ídolo en la Cuba de la década de 1950. Baste decir que en el hit parade de 1958 —dado a conocer el 21 de diciembre de ese año— tres piezas interpretadas por él aparecen entre las catorce seleccionadas. Son: Picolissima serenata, de Renato Carossone, Allá tú, de Álvaro Carrillo y Regresa a mí, de Carmen Lombardo.
            Lucho vino por primera vez a La Habana en 1954, contratado por Radio Progreso, La onda de la alegría. Era poco menos que desconocido. El éxito que cosechó  aquí entonces le sirvió de pasaporte en la capital mexicana, donde consolidó su fama.
            Gaspar Pumarejo lo trae en 1957 para se presente en su Escuela de Televisión que sale al aire en las noches, por el Canal 2-Tele Mundo.
Es el momento cumbre de Lucho Gatica en la Isla.
            Dice Cristóbal Díaz Ayala: «Tenía Pumarejo un instinto innato para contratar artistas. O traía figuras en el apogeo de la fama, como Sarita Montiel o Liberace o buscaba figuras hasta entonces prácticamente desconocidas y las convertía en ídolos, como hizo con Lucho Gatica, Paco Michel y Luis Aguilé».
            Pumarejo, que es el pionero de la TV en Cuba, tiene una extraordinaria capacidad publicitaria y es capaz, dicen los que lo conocieron de cerca, de perfeccionar una idea ajena y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Sus programas carecen del boato de los de la CMQ, no son El  cabaret Regalías, con Rolando Ochoa como animador, ni Jueves de Partagás, con Enrique Santisteban; tampoco  cuenta con el capital ni la influencia de Goar Mestre, el magnate de Radiocentro, pero es simpático, convence,  y a la gente le gusta lo que hace, se mete siempre al público en el bolsillo.  Es un hombre capaz de hacer un espectáculo con el pan con chorizo —el choripán— que reparte en el estudio.
            Un día Pumarejo tiene una de sus ideas geniales. Decide traer a La Habana, con  todos los gastos cubiertos, a treinta  músicos del patio que andan dispersos por el mundo  a fin de que participen aquí en una jornada que llevará el título de Cincuenta años de música cubana.  En el grupo vienen Machito, Vicentico Valdés, Antonio Machín, Zenaida Manfugás, Chiquito Socarrás… Viene, entre otros, Antonio Picallo que puede reencontrarse con su madre tras veintisiete años sin saber una palabra acerca de ella.
            Pumarejo decide agasajarlos con un acto monstruoso en el Gran Stadium del Cerro, actual Estadio Latinoamericano, el 24 de febrero de 1957.
Allí está Lucho Gatica que es, en esos días, la estrella de los programas televisivos del empresario.
            Llegado su turno, Pumarejo pregunta a Lucho sobre el tiempo que lleva sin ver a su madre y cuándo volverá a verla. Hasta enero, responde el artista, que es cuando puede viajar a Chile. Pumarejo  le tiene una sorpresa. Dice  que ha hecho una conexión en cadena y  podrá ver a su madre por televisión. En efecto, una señora, con el rostro muy serio, aparece en una pantalla gigante y le habla a su hijo. Lucho se frota los ojos; no da crédito a lo que está pasando, y Pumarejo, sin darle tiempo  a reaccionar, devela el truco: la señora está allí mismo, en el estadio, porque Pumarejo, en secreto,  la trajo desde Chile.
            Llora Lucho Gatica. Llora la madre. Llora Pumarejo. Lloran las treinta mil personas que colman el recinto. Lloran los televidentes.
Llora el escribidor que entonces era un niño. El hombre del choripán es el héroe de la jornada.

SALTO A LA FAMA

Se confunden las fechas de las visitas  y tal vez los protagonistas  y el orden en que se grabaron  las canciones. Lucho vino varias veces y en ocasiones pasó aquí largas temporadas.  Parece que fue Olga Guillot quien propició  la primera visita de Lucho Gatica a La Habana. La mujer que inspiró a René Touzet su muy célebre bolero La noche de anoche, lo oyó cantar en Chile y se maravilló. Lucho, que daba sus primeros pasos en el bolero,  cantaba entonces  tangos y cuecas y otros aires folclóricos de su tierra. Cantó él para ella acompañándose con  su guitarra y ella, a capela, interpretó para él boleros de José Antonio Méndez y César Portillo de la Luz. La Guillot pidió a su representante Eugenio (Tito) Garrote que  gestionase a Lucho  un viaje a Cuba que era, en la época,  el sitio obligado de un artista para saltar a la fama. «Él se entusiasmaría con el filin, y terminaría grabando boleros como Delirio, La gloria eres tú, Contigo en la distancia…» recordaba la Guillot años después. Y él, complacido,
rememoraba: «Olga decía que ella y yo éramos los reyes del bolero».
            Se presenta en el Montmartre, el fastuoso cabaret de 23 y P, en el Vedado, como parte de un elenco en que también figura Edith Piaf.
Hace luego una larga temporada en el Parisién, del Hotel Nacional, donde lo acompaña al piano Frank Domínguez, de quien grabará su Tú me acostumbraste. Graba además, con el respaldo del cuarteto de Aida,  No puedo ser feliz, de Adolfo Guzmán,  y Por nuestra cobardía, de José Antonio Méndez. Para estos dos números tiene al piano a Frank Emilio, a quien años después evocará como «un músico tremendo, maravilloso».
            Llevó al acetato piezas de no pocos   compositores cubanos como Tania
Castellanos (En nosotros) José Antonio  Méndez (La gloria eres tú y Novia mía) Portillo de la Luz (Delirio) René Touzet (La noche de
anoche) Pedro Junco (Nosotros) Osvaldo Alburquerque (Triste condena)… De Urbano Gómez Montiel graba Canta lo sentimental, que le llega gracias a Bola de Nieve. La cantan en Cuba Portillo Scull, Gina León y Elena Burke. Lucho la convierte en un éxito, aunque la versión del cubano Roberto Ledesma fue la más difundida en toda América.
Interpreta asimismo Total. Su autor Ricardo García Perdomo la mantiene inédita durante más de diez años y cuando la «suelta» es el acabose.
En diciembre de 1959, el mismo año en que sale al mercado, acumulaba la insólita cifra de cuarenta versiones, entre ellas las de Bertha Dupuy, Olga Guillot, Fernando Álvarez… Ñico Membiela vende quince mil copias de su grabación de Total, y otro cubano, Celio González, en México, cincuenta y tres mil copias en solo tres meses. La graba también Lucho Gatica, que al cabo de los años reconocería que Contigo en la distancia, de Portillo de la Luz fue su primer gran éxito discográfico. Por cierto, al grabarla cambió la letra (no el sentido) de uno de sus versos, lo que su autor, hombre ácido y arisco, no demoró en echárselo en cara.  No puedo ser feliz y Por nuestra cobardía también marcaron éxitos en su carrera, según confesión propia.
            Éxitos suyos fueron también Reloj, La barca, Historia de un amor, La puerta, Vanidad, Espérame en el cielo, Sinceridad, Encadenados… De Agustín Lara interpretó  Solamente una vez, Santa, Noches de Veracruz, María Bonita. De Armando Manzanero, que fue su pianista acompañante, Voy a apagar la luz.  Resulta imposible para el escribidor dejar de mencionar sus versiones de Bésame mucho, de la mexicana Consuelo Velázquez, y No me platiques más, del también mexicano Vicente Garrido. Lucho se la escuchó a Bola de Nieve y se enamoró de la pieza.
La cantó y la hizo suya para siempre. Diría: «Esa es la canción que me identifica, es la canción mía. Todo el mundo que me ve en la calle, me
canta: No me platiques más»..
            A Lucho Gatica se le presentó en Cuba como «la nueva voz del bolero».
Lo cierto es que La Habana, con sus grandes cabarets, canales de televisión, empresas disqueras y publicitarias, sus luces y noches sin fin, le cambió el ritmo a la vida del artista. Afirman especialistas que Lucho  no asumió el bolero  de la manera tradicional ni a la manera del filin. Lo suyo era puro romanticismo, una invitación constante a intimar. En lugar de cantarlas, acariciaba las letras y rozaba provocativamente sus labios con el micrófono. «Yo cantaba de una manera sensual», diría más tarde. Precisa la crítica: «No hubo quien no soñara y se enamorara con su voz profunda y armoniosa».
Algunos hablan hoy de «luchomanía» para definir los sentimientos de simpatía y admiración que despertó en la Isla. Aquella luna de miel, sin embargo,  duró lo que duran las lunas de miel. En 1959 sobrevino el divorcio: Lucho no entendió  la justeza de la Revolución, hizo declaraciones en contra muy duras y muchos de los que hasta entonces lo seguían y admiraban empezaron a darle de lado.
Siempre ha dicho que ama profundamente a Cuba. De cualquier manera su fama saltó de La Habana a México, Venezuela, Argentina, Perú. En Brasil, sus éxitos fueron apoteósicos. Pasó a España y Portugal y a lugares más distantes como Filipinas, Japón, Medio Oriente. En 1966 se calculaba que había vendido unos veintidós millones de discos, pese  a que desde 1961 un desgaste en las cuerdas vocales  que se recrudecería con los años,  lo obligaba a reducir la frecuencia  de las grabaciones y la intensidad de  los espectáculos en vivo.

50 CANCIONES INMORTALES

Luis Enrique Gatica Silva —Lucho Gatica— nació en Rancagua el 11 de agosto de 1928. Era uno de los siete hijos del matrimonio de Agustín, pequeño agricultor y comerciante,  y Juana, amante de la música. La muerte del padre, en 1933, hizo que la familia conociera todo tipo de privaciones. Hizo estudios en colegios de los hermanos Maristas y matriculó en una escuela técnica para hacerse mecánico dental, estudios que concluyó, aunque  nunca ejerció. Ya se inclinaba hacia la música y un disco con aires folclóricos chilenos grabados a dúo con su hermano Arturo, le abrió puertas en emisoras locales.
Desde entonces grabó unos veinte albúmenes discográficos, entre ellos el que lleva el título de 50 canciones inmortales (2002). En 2013 presentó su disco Historia de un amor, donde, a dúo con figuras de la música mundial, como Laura Pausini y Nelly Furtado, canta nuevas versiones de viejos boleros. Participó en quince películas, casi todas filmadas antes de 1960, en México, país donde hizo además mucha televisión. Los escritores peruanos Mario Vargas Lelosa y Alfredo Bryce Echenique evocan en varios de sus libros la figura de Lucho, sus visitas a Lima y la significación que para ellos tuvieron sus canciones. Se casó tres veces y tiene siete hijos.
En el año 2000, Rancagua, su región natal,  le rindió homenaje.  Dos años después le rindieron honores en el XLIII Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, pero su voz ya en decadencia decepcionó al público. Poco después, el gobierno de Chile le concedía la Orden al Mérito Gabriela Mistral por el aporte realizado a la historia musical de su país. El 7 de noviembre de 2007 recibió el Grammy Latino a la Excelencia, y el 25 de enero de 2008 fue inmortalizado en la estrella número 2354 del Paseo de la Fama de Hollywood, siendo el segundo chileno, después de Don Francisco, en recibir tal reconocimiento. Más recientemente recibió la Orden al Mérito Pablo Neruda, la máxima distinción del Consejo de la Cultura y las Artes chilenas  a figuras con un  quehacer artístico-cultural de alcance internacional.
Los que  pudimos verlo y escucharlo en La Habana de los años 50 seguimos recordándolo.

Ciro Bianchi Ross


domenica 29 novembre 2015

Vincita

VINCITA: enologo

sabato 28 novembre 2015

Cuba, embargo, Obama, internet e parabole

Chissà che notizie arrivano in Italia o si guardano solo le figure stampate o la tv senza audio. Su Cuba esiste ancora l'embargo che NON può essere revocato dal presidente, ma deve essere approvata un'apposita legge dal congresso. È vero che il presidente (Obama in questo caso) ha alcune possibilità di manovra per ammorbidirlo e in alcuni sporadici casi, peraltro non molto importanti, lo ha fatto. C'è uno di questi casi ancora in sospeso: le telecomunicazioni e internet.  Non è possibile che per aprire un sito, dalla rete domestica debbano passare anche 30 o 40 minuti...quando si riesce. Allora, quando si ammorbidirà l'embargo in questo senso? Non sono gli Stati Uniti in testa a volere la libera circolazione di idee e informazione? Certo a Cuba rimane una pietra nella scarpa: la liberalizzazione delle parabole satellitari. Che sia questo uno degli ostacoli per l'arrivo di tecnologia e facilitazioni di accesso alla rete delle reti?

Vignetta

VIGNETTA: piccolo terreno coltivato a vite

venerdì 27 novembre 2015

Voli diretti Avana/Miami...da non credere

Come annunciato, dal 1° novembre scorso si è aperta per gli stranieri residenti a Cuba, la possibilità di fare il viaggio con volo diretto, senza dover passare da Paese terzo. La follia è che l'unica agenzia abilitata ad emettere i biglietti è Havanatur che peraltro non fornisce l'ESTA, ovvero la richiesta di entrata negli USA per i cittadini che non necessitano visto consolare, inoltre e qui viene il bello, il volo di andata dall'Avana include una valigia da 20 kg. free, mentre il ritorno...dipende dalla compagnia di charter operante. (Havanatur non è in grado di fornire il nome della compagnia per il volo di ritorno, pertanto è una lotteria). La maggioranza di queste fa pagare 2 dollari al kg. per TUTTO il bagaglio, compreso quello a mano, oltre a 20 dollari per ogni pezzo che si trasporta. Alcune invece (bontà loro) fanno pagare i 20 dollari per collo, ma "elargiscono" la possibilità di 20 kg. gratis.
Come si dice a Miami...se no i xé mati no i volemo, ciò.

Pronta a partire la 37ma edizione del festival del Nuovo Cine Latinoamericano

Silenzio, luci e motore. Prossimo ciack per questa edizione numero 37 che è andata in crescendo come era facile prevedere. 138 pellicole in concorso divise in: lungometraggi e cortometraggi di fiction, documentari, animazione e opere prime. Oltre ai film saranno presentate 24 sceneggiature inedite e 24 cartelloni cinematografici.
In questa edizione sarà reso un particolare omaggio a Mario Monicelli e oltre 400 pellicole di varie provenienze e soggetti saranno presentate fuori concorso nelle sale dell'Avana e di altre città cubane che fungeranno da sub sede dell'evento.


Vidimare

VIDIMARE: ho visto la distesa azzurra