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mercoledì 27 agosto 2014

Turismo della salute a Cuba

Fonte: Cuba Contemporanea
SERVIMED: una puerta abierta al turismo médico en Cuba


           
                             
Por Yizzet Bermello
25 Ago 2014 - 8:00am
















Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular
Se conoce bastante en el mundo sobre los profesionales competentes con que Cuba cuenta en el campo de la atención médica, el sistema que los sustenta, así como de los años de investigación y quehacer que han llevado al desarrollo en ramas diversas de tratamientos y terapias, y al impulso en otras áreas claves, como la de los medicamentos y las tecnologías.
Sin embargo, a veces no se sabe que existen caminos bien expeditos para que todo ese know how acumulado pueda llegar a beneficiar a personas provenientes de diferentes geografías, que buscan atenderse uno u otro padecimiento de salud en esta islita caribeña; interés que ha ido en ascenso en los últimos tiempos, en consonancia con una tendencia internacional que confirma al turismo médico entre los segmentos con mayores posibilidades de expansión futura.
Precisamente, ese es el cometido de SERVIMED, que en colaboración con CSMC* se encargan de promocionar y comercializar de cara al exterior la amplia gama de servicios médicos que Cuba brinda hoy en un grupo de centros y unidades del sistema nacional de salud, que han sido preparados y acreditados debidamente para atender a pacientes foráneos.
“Trabajamos varias líneas de negocios, pero esta es la principal, y comprende desde los programas clínico-quirúrgicos hasta opciones que tienen creciente reclamo, como la rehabilitación ante adicciones a las drogas  y los programas de calidad de vida”, explicó a Cuba Contemporánea la doctora Iliana Reyes, jefa de Ventas y Operaciones de la entidad.
Nos refirió además que esa actividad se vincula, como es lógico, con los servicios médicos  al visitante que llega al país por motivos de vacaciones u ocio, y en algún momento, por una coyuntura no planificada, tiene que recurrir a la red de clínicas internacionales distribuidas por los principales polos turísticos, o los consultorios médicos que existen en los centros hoteleros.
“Asimismo, nuestras  líneas de ópticas y farmacias internacionales completan  el ciclo, con una red  que brinda todos los servicios de óptica y puntos de ventas donde pueden adquirirse medicamentos  y accesorios médicos”, puntualizó la directiva.
Enfatizó igualmente en la importancia de que el paciente que anda tras un servicio más concreto sea orientado por especialistas. En ese sentido, SERVIMED se auxilia de herramientas muy modernas, como el sitio webwww.servimedcuba.com, donde está recogido todo el perfil de actividades de la compañía, detalles sobre las propuestas que maneja y desde el que se gestiona una especie de consultoría online, en la que un grupo de doctores responden a preguntas y dudas del interesado y tratan de encauzarlo para que se acoja a la mejor variante de tratamiento, en función de su dolencia.
“Se debe escribir para ello al email médicos@sermed.cha.tur.cu, con la seguridad de que el mensaje será respondido muy rápido y en el mismo idioma en que se envió. En el intercambio posterior, usted recibe información sobre todos los programas de salud que se brindan, sus costos, características, respaldos logísticos y demás, al tiempo que se valora su condición como paciente. Esa asistencia la damos también por vía telefónica, a través de los números 204 26 58 o 204 1630, a los que debe anteceder siempre el 537 si se llama desde el exterior”, detalló nuestra entrevistada.
Estas alternativas han devenido en un importante apoyo para la gestión más tradicional de comercialización de los referidos servicios, que SERVIMED realiza a partir de contratos de colaboración con más de 70 touroperadores y agencias internacionales, ubicados en diferentes regiones del mundo.
Algunos datos interesantes…
Al indagar sobre los programas con mayor demanda hasta la fecha, la ejecutiva de SERVIMED mencionó los clínico-quirúrgicos, que engloban chequeos y seguimientos médicos de todo tipo, y en el caso de las especialidades dijo que destacan: la rehabilitación antidrogas, algunas terapias exclusivas de Cuba, como las que tenemos contra el cáncer de pulmón y el de cabeza y cuello; más los tratamientos a enfermedades cardiovasculares genéticas, la rehabilitación neurológica, la ortopedia en toda su gama de posibilidades,  la cirugía estética y las cirugías en sentido general,  en tanto se trabaja  para  próximamente brindar  programas médicos  basados en la medicina regenerativa 
Apuntó que existen otras terapias muy puntuales que se quieren potenciar, como el tratamiento cubano contra las úlceras del pie diabético, único de su tipo en el mundo; la histoterapia placentaria para el vitíligo y la psoriasis, y los programas de calidad de vida.
“Los mercados donde más aceptación e interés estamos ganando con este tipo de servicios son Canadá, Angola; Brasil, Argentina y Perú en Sudamérica, así como México en la zona central del continente. Y luego, en Europa, resaltan Serbia, Rusia, Alemania, Italia, más varias islas anglófonas en el caso del Caribe”, informó la jefa de Ventas y Operaciones de SERVIMED.
Por otra parte, mencionó que la retroalimentación que se mantiene con las personas que llegan a Cuba mediante esta modalidad ha revelado que, en su mayoría, aseguran que agradecen ser vistos “más como un paciente que como objeto comercial”, por el trato humano y profesional que reciben de los médicos y el personal de apoyo; en tanto alaban además la seguridad del país, los precios más asequibles de los tratamientos y terapias y el desarrollo evidente en nuestra medicina
Crecer, y seguir reinvirtiendo


Según nos adelantó también Reyes, en estos momentos buena parte de las clínicas y centros de atención del Sistema Nacional de Salud  se encuentran inmersos en un proceso de inversión progresivo, dirigido a reparar y modernizar sus instalaciones para poder brindar mejor servicio a la población y a los pacientes foráneos.
“La idea es que logren tener cada vez más confort y muchas de las prestaciones buscadas por este tipo de visitantes, que generalmente precisan de un buen lugar para descansar y recuperarse; con comunicación adecuada, opciones de alimentación, propuestas de disfrute que se garantizan gracias al trabajo conjunto con los principales receptivos del turismo, más la constante valoración y atención médica”, indicó la entrevistada.
“Debe recordarse que lo que se recauda por esta vía pasa a ser reinvertido dentro del propio sistema de salud cubano, que tiene además en perspectiva crear en breve, en todos los grandes centros, áreas acreditadas para los  servicios médicos internacionales. Es una experiencia que se ha estado desarrollando  en los hospitales: Almejeiras, Fajardo, González Coro, Frank País, Instituto de Neurología, Instituto  de Hematología e Inmunología, hospitales pediátricos y otros, con buenos resultados”, añadió.
Está claro que para Cuba el turismo médico constituye un nicho a tener en cuenta y explotar con más fuerza, como parte del propósito y la voluntad gubernamental de gestionar mecanismos nuevos que contribuyan a oxigenar al sector  de la salud, siempre necesitado de dividendos y recursos frescos que se reviertan en función de su propio desarrollo. SERVIMED y CSMC seguirán  abriendo puertas y caminos en esa dirección, así lo aseguran sus especialistas.

Nota dell'autore: Per assistenza logistica ci si può rivolgere a:
LatitudCuba - Centro de Negocios de Miramar - Playa - La Habana
Ave. 3ra entre 76 y 78 Edificio Santa Clara uff. 120B
Tel.: (+53-7)  2144882 - (+53-5) 2792358

latitudcuba@mtc.co.cu


Lega

LEGA: reinvenzione politica degli anni '80 del secolo scorso

martedì 26 agosto 2014

Lecchino

LECCHINO: lecca a testa bassa

lunedì 25 agosto 2014

Milanés ha compiuto 200 anni, di Ciro Bianchi Ross


Pubblicato su Juventud Rebelde del 24/8/14

Cintio Vitier lo chiama “l’ossesso”. Altri più bruschi, meno delicati lo chiamano “il pazzo”. Lo sfortunato poeta José Jacinto Milanés passò metà della sua vita nella notte della follia.
Era un male ereditario? Lo provocarono quelle strane febbri di cui patì nel 1839 e che si diceva gli avessero danneggiato il cervello? Amori contrastati lo portarono alla demenza?
José Lezama Lima scriveva nel 1965: “Milanés è un esempio, come Heredia, delle impossibilità che crescono nel nostro miglior spirito. Lo schiacciarono difficoltà economiche. La famiglia, numerosa, doveva essere sostenuta con frequenza. Dove credette di trovare soluzioni e aiuto, come nel suo amore per la cugina, gli si trasformarono in divinità ostili. Alla fine la pazzia gli chiuse la strada in modo inesorabile”.
È certo che c’erano precedenti di demenza nella famiglia del poeta; riferimenti molto vicini come quella sorella di sua madre, la zia Pastora, “alta secca incartapecorita”, sempre seduta imbronciata e accigliata nella modesta sala della casa e che, quando sentiva il piano, correva all’interno della casa tappandosi le orecchie con le mani per non sentire le cose poco decorose che diceva il piano. Il poeta, d’altra parte, fu sempre un tipo strano. Quelli che lo conobbero parlarono della sua estrema sensibilità, del suo temperamento ingenuo, semplice, impressionabile. Si sa che quando debuttò, nel 1838 al teatro Tacón dell’Avana, il suo dramma El conde Alarcos, Milanés, insicuro di sé e con i nervi a pezzi davanti alla possibilità che la reazione del pubblico fosse avversa, si negò a presenziare la messa in scena della sua opera.
“In molti dei versi di Milanés, specialmente ne El beso, dietro il tono idilliaco si sente un’idea fissa, un’ossessione: l’ossessione della purezza che è, naturalmente, l’ossessione dell’impurità. Non possiamo sapere il ruolo che, nel suo crescente desequilibrio psichico, giocò l’insuccesso del suo amore per Isa. Più giovane di 14 anni di lui e di una famiglia molto potente. Ci è solo permesso scoprire nei suoi versi una costante ossessiva, nevrotica, legata allo scrupolo e alla colpa iperbolizzata che raggiunge ne El mendigo la sua formulazione più profonda. Si tratta di un mendicante alla porta di un ballo. Il poeta, trascinato dalla tormenta sensuale, entra senza farci caso, apparentemente però la sua immagine gli si registra per ossessionarlo e riapparire inesorabile, vendicativa, dalla parte dell’ombra...”, dice Cintio.
Essenza della cubania
José Jacinto Milanés Fuentes, nacque nella città di Matanzas il 16 agosto del 1814, 200 anni orsono. Era il primo dei 15 figli di Rita e Álvaro, un modesto impiegato pubblico che la vedeva nera nel tentativo di coprire le necessità della sua numerosa prole. La mancanza di risorse lo costrinse a iscrivere il figlio in una scuola pubblica. Era di apparenza fragile e sguardo sognante, meditabondo, discreto. Dedicava alla lettura quasi tutti i suoi momenti liberi. Divorava un libro dietro l’altro nella sala della casa, assieme alla zia Pastora, sempre in un ostinato silenzio e lo sguardo perso. Altre volte, di malavoglia, Josè Jacinto cercava di condividere i divertimenti dei suoi fratelli e cugini. Perché di fronte a loro abitavano Isabel, la sorella di doña Rita, sposata con il ricco commerciante Don Simón de Ximeno e i loro sei figli.
José Jacinto non poté effettuare studi regolari, ma per conto suo imparò latino, francese e italiano. Correva già l’anno 1830 e voleva lavorare per aiutare, così, il sostentamento della famiglia. Suo zio Don Simón, con molte ralzioni, gli trova lavoro in una ferramenta del’Avana. Qui, l’epidemia di colera del 1833 sorprende il poeta che non tarda a tornare nella sua città natale, dove lavora nell’ufficio dello zio acquisito.
Nel 1834, Domingo del Monte si stabilisce a Matanzas e fa amicizia con Milanés, come con tutti i giovani dalle inquietudini letterarie. È grazie a Del Monte che nel 1841, si nomina il poeta come segretario della Compagnia Ferroviaria matanzera, lavoro che consente a José Jacinto una certa sicurezza economica. Ne può appena godere, c’è già alle porte la pazzia.
Corrisponde a questi anni la maggior attività creatrice di Milanés. Scrive alcuni drammi, come il già citato Alarcos, ma è nella lirica dove raggiunge il suo maggior rilievo. Gli studi  dividono la sua poesia in tre fasi. Una iniziale, idilliaca, caratterizzata per l’ingenuità lirica, una svenevole malinconia e l’espressione vaga dei sentimenti amorosi. Nella seconda fase si avverte l’influenza di Del Monte; si inclina verso i temi sociali e, dice Salvador Bueno, il “moralismo filantropico converte in secca e rigida la soave musa del poeta matanzero” che vuole, con la sua opera, censurare vizi e riformare costumi. Verso il 1840, la sua terza tappa segna un giro all’origine della prima. A questo periodo corrispondono poemi come De codos en el puente  (Di gomiti sul ponte, n.d.t.) e La fuga della Tórtola (La fuga della colomba, n.d.t.).
Lezama Lima si domandava se, per lo sviluppo del poeta, furono davvero convenienti le indicazioni che gli fece Domingo del Monte. L’autore di Paradiso precisava: “Del Monte volle portare Milanés all’apologia moralizzante, al pastiche del teatro spagnolo, a una poesia di una fattura più ambiziosa che il temperamento di Milanés potesse ralizzare”. Perché per Lezama, il miglior Milanés sta nella depurata semplicità con cui si affaccia alla natura, come lo fa nel poema intitolato La madrugada (Prima dell’alba, n.d.t.). Dice Lezama: “Nelle poesie che scrive nel modo de La madrugada, come sono La fuga de la Tórtola e El beso, si vede agile, pieno di incanto. Con un veloce riflesso dove penetrano sottili e profonde le nostre più pure essenze”.
Cintio Vitier osserva, da parte sua, che tutta l’opera poetica di Milanés, incluso le sue composizioni moralizzanti, sono “legate al tema centrale delle sue migliori poesie e a quella che, probabilmente, l’ossessione dominante della sua vita, che finì nella follia: l’ossessione della purezza”.
Amori disgraziati
Ne La madrugada, c’è un’allusione all’insuccesso amoroso del poeta. Si sente il nostalgico avvertire che la natura si integra in amori piacevoli, mentre lui sente: “Guardo tanta unione e piango/la mia solitudine perpetua”.
Quasta soltudine, di qualcuno, fu il preludio alla pazzia dell’autore de La fuga de la tórtola. Federico Milanés, poeta notevole egli stesso, editore delle oper di suo fratello, volle tenere un velo protettore sulla vita amorosa di José Jacinto, cosa che non poté evitare che venissero alla luce i suoi amori con Dolores Rodríguez y Varela. Era la cugina dello scrittore di costume José María Cárdenas y Rodríguez e il poeta aveva 20 anni quando la conobbe, un’epoca in cui egli stesso si presenta – e forse non è vero – come “di bell’aspetto, allegro e frequentatore di balli e feste”. Lo attrasse la bellezza di Dolores e alcuni suppongono che giunsero a essere fidanzati. In ogni modo lei lo disdegnò. Al rispetto Federico Milanés scrisse che “stanco di amarla invano, desistette dal vederla e parlarle, consacrandosi a pensieri tristi e a vertere nelle sue composizioni poetiche una sequela di pianti e lamenti per la sua solitudine”.  Di quest’epoca data La madrugada. Alla fine smise di visitare la casa di Dolores; ruppe con lei.
Allora entra in scena Isabel Ximeno, Isa. Sono cugini, come si è già detto e il poeta che è tutta una gloria locale, a 28 anni, le raddoppia tranquillamente l’età. Sorgono problemi riguardanti Isa, la madre di Josè Jacinto e la madre di Isabel osservano questo amore con preoccupazione. È probabile che don Simon volesse per sua figlia un pretendente di quel cugino poveraccio e poeta. Non si sa con certezza, ma sono da supporre gli inconvenienti e le difficoltà che avrebbe posto a quella relazione la famiglia di Isabel.
È allora che cominciano a vedersi i primi sintomi dell’alienazione del poeta. Sono inutili gli sforzi per fargli recuperare la ragione. Medici dell’Avana, con cui la famiglia si era consultata, suggeriscono un viaggio all’estero ed è il padre di Isa che facilita i soldi necessari perché José Jacinto, accompagnato da Federico, visiti gli Stati Uniti, Inghilterra, Francia, Italia...un costoso periplo che alla fine non giunge a risultati favorevoli. Il malato va di male in peggio. Soffre attacchi di ira e gli si deve servira il cibo già tagliato per impedire che aggredisca i famigliari o aggreda se stesso. Un pomeriggio scappò dalla vigilanza dei suoi. Attraversò la strada e si diresse a casa di sua cugina. Nel vederla irruppe in grida disperate.Isa, terrorizzata, fuggì verso il fondo della casa. Carlotta, sorella di José Jacinto, prese per un braccio il poeta e lo condusse a fare una passeggiata. Dopo un attacco di violenza rimaneva racchiuso, malinconico, sottomesso a un mutismo assoluto.
Dolores e Maria de Ximeno y Cruz scrisse, in un libro delizioso che ha per titolo Memorias de Lola Maria, che Carlotta passava notti intere al lato di Josè Jacinto, trattando di distrarlo nelle sue insonnie. Come le sue sorelle, sacrificò la gioventù e gli amori in virtù di quell’affetto. “Per intrattenere le interminabili veglie d’inverno, alla luce di una lampada e vicino al seggiolone dell’ammalato – che avvolto nella sua ampia cappa spagnola dai riflessi granata, non si rendeva conto di niente – scriveva col pennino, in una finissima tela di lino, con caratteri piccoli, stupende poesie in italiano, tradotte in altri tempi da suo fratello.”.
È sempre Lola María che da le notizie di Isabel Ximeno. La ritratta, nelle sue memorie, come “pura, degna, intelligente, distintissima, delicatissima”. Racconta che un altro suo cugino – Josè María Jenekes y Ximeno – innamorato perdutamente di lei e altrettanto disprezzato, dimagrì, divenne addetto alle “bevande acide e non si sposò mai in omaggio a quell’amore impossibile”.
Isa contrasse matrimonio. Tra i suoi molti pretendenti si decise per quello che considerò il miglior partito. Si sposò nel 1862 con Manuel Mahy y León, nipote del Capitano Generale Nicolás Mahy, governatore dell’Isola di Cuba. La coppia si recò in Spagna e a Madrid lei godette del riconoscimento di notevoli figura della Corte. Ventura de la Vega le dedicò un poema, quando decise di tornare a Cuba. Morì a Matanzas nel 1897.
Già per allora, José Jacinto Milanés era morto. Il 14 novembre del 1863 era arrivata alla fine quella vita dolorosa che imprigionò nella sua poesia e questo, è il suo apporto imperituro, l’impronta dell’anima di Cuba.


 Milanés cumplió 200 años
Ciro Bianchi Ross * digital@juventudrebelde.cu
23 de Agosto del 2014 19:30:24 CDT

Cintio Vitier le llama “el obseso”. Otros, más bruscos, menos delicados, le llaman “el loco”. El desdichado poeta José Jacinto Milanés pasó la mitad de su vida en la noche de la locura.
¿Fue un mal hereditario? ¿Se lo provocaron aquellas extrañas fiebres que padeció en 1839 y que, se decía, le habían afectado el cerebro?
¿Amores contrariados lo llevaron a la demencia?
José Lezama Lima escribía en 1965: “Milanés es un ejemplo, al igual que Heredia, de las imposibilidades que le van surgiendo a nuestros mejores espíritus. Dificultades económicas lo acosan. La familia, muy numerosa, tiene que apuntalarse con renovada constancia. Donde cree encontrar soluciones y facilidades, como en su amor por la prima, se le vuelven divinidades hostiles. Por último, la locura le cierra su camino en forma inexorable”.
Cierto es que había antecedentes de demencia en la familia del poeta; referencias muy cercanas como aquella hermana de su madre, la tía Pastora, “alta, seca y apergaminada”, sentada siempre, arisca y ceñuda, en la modesta sala de la casa, que cuando escuchaba el piano corría hacia el interior de la vivienda con las manos tapándose los oídos para no escuchar las cosas poco decorosas que el piano decía. El poeta, por otra parte, fue siempre un tipo raro. Los que lo conocieron hablaron de su sensibilidad extrema, de su temperamento ingenuo, sencillo, impresionable. Ya se sabe que cuando en 1838 se estrenó en el teatro Tacón, de La Habana, su drama El conde Alarcos, Milanés, inseguro de sí mismo y con los nervios destrozados ante la posibilidad de que la reacción del público le fuese adversa, se negó a presenciar la puesta en escena de su obra.
“En muchos de los versos de Milanés, especialmente en El beso, detrás del tono idílico se siente una idea fija, una obsesión: la obsesión de la pureza, que es, desde luego, la obsesión de la impureza. No podemos saber el papel que en su creciente desequilibrio psíquico jugó el trauma producido por el fracaso de sus amores con Isa, 14 años más joven que él y de familia más pudiente. Solo nos está permitido detectar en sus versos una constante obsesiva, neurótica, ligada al escrúpulo y a la culpa hiperbolizados, que alcanza en El mendigo su más profunda formulación. Se trata de un mendigo a la puerta de un baile. El poeta, arrastrado por el torbellino sensual, entra sin hacerle caso, aparentemente, pero su imagen se le graba para obsesionarlo y reaparecer inexorable, vengativa, en el lado de la sombra...2, dice Cintio.

Esencias de lo cubano

José Jacinto Milanés Fuentes nació en la ciudad de Matanzas, el 16 de agosto de 1814, hace ahora 200 años. Era el primero de los 15 hijos de Rita y Álvaro, un modesto empleado de Hacienda que se las veía negras en el intento de cubrir las necesidades de su numerosa prole. La carencia de recursos obligó a matricular al niño en una escuela del Ayuntamiento. Era de apariencia frágil y mirada soñadora, meditabundo, discreto. Dedicaba a la lectura casi todos sus ratos libres. Devoraba un libro tras otro en la sala de la casa, junto a la tía Pastora, siempre en cerrado silencio y la mirada extraviada. Otras veces, a regañadientes, José Jacinto trataba de compartir los jubilosos entretenimientos de sus hermanos y primos. Porque frente a ellos vivían Isabel, la hermana de doña Rita, casada con el rico comerciante don Simón de Ximeno, y sus seis hijos.
No puede José Jacinto hacer estudios regulares, pero por su cuenta aprende latín, francés e italiano. Corre ya el año de 1830 y quiere trabajar y ayudar así al sostenimiento familiar. Su tío don Simón, muy relacionado, le consigue empleo en una ferretería de La Habana. Aquí, la epidemia de cólera de 1833 sorprende al poeta, que no demora en regresar a su ciudad natal, donde trabaja en las oficinas de su tío político.
En 1834 Domingo del Monte se establece en Matanzas y hace amistad con Milanés, al igual que con todos los jóvenes con inquietudes literarias. Es gracias a Del Monte que se nombra al poeta, en 1841, secretario de la Compañía del Ferrocarril matancero, empleo que posibilita a José Jacinto cierta seguridad económica. Apenas puede disfrutarla, pues está ya a las puertas de la locura.
Corresponde a estos años la mayor actividad creadora de Milanés.
Escribe algunos dramas, como el ya citado Alarcos, pero es en la lírica donde alcanza su mayor relieve. Los estudiosos dividen su poesía en tres etapas. Una inicial, idílica, caracterizada por la ingenuidad lírica, una desmayada melancolía y la expresión vaga de los sentimientos amorosos. En su segunda etapa se advierte la influencia de Del Monte; se inclina hacia los temas sociales y, dice Salvador Bueno, el <<moralismo filantrópico convierte en seca y enteca la suave musa del poeta matancero>> que quiere, con su obra, censurar vicios y reformar costumbres. Hacia 1840, su tercera etapa marca una vuelta a la prístina inspiración de la primera. A este período corresponden poemas como De codos en el puente y La fuga de la tórtola.
Se preguntaba Lezama Lima si, para el desarrollo del poeta, fueron en verdad convenientes las indicaciones que le hizo Domingo del Monte.
Precisaba el autor de Paradiso: “Del Monte quiso llevar a Milanés al apólogo moralizante, al pastiche del teatro español, a una poesía de más ambiciosa factura de la que el temperamento de Milanés podía
Realizar”. Porque para Lezama, el mejor Milanés está en la depurada
sencillez con que se asoma a la naturaleza, como lo hace en el poema titulado La madrugada. Dice Lezama: “En las poesías que escribe a la manera de La madrugada, como son La fuga de la tórtola y El beso, luce ágil, lleno de encantamiento, con un rápido reflejo por donde penetran, finas y hondas, las más depuradas esencias de lo nuestro”.
Cintio Vitier observa, por su parte, que toda la obra poética de Milanés, incluso sus composiciones moralizantes, están “ligadas al tema central de sus mejores poesías, y a lo que fue probablemente la obsesión dominante de su vida, que terminó en la locura: la obsesión de la pureza”.

Amores desgraciados

En La madrugada hay una alusión al fracaso amoroso del poeta. Se siente nostálgico al advertir que la naturaleza se integra en amores placenteros, mientras que él siente: “Miro tanto enlace y lloro /Mi continua soledad”.
Esa soledad fue, dicen algunos, el preludio de la locura del autor de La fuga de la tórtola. Federico Milanés, poeta notable él mismo y editor de la obra de su hermano, quiso tender un manto protector sobre la vida amorosa de José Jacinto, lo que no consiguió evitar que salieran a la luz sus amores con Dolores Rodríguez y Varela. Era prima del escritor costumbrista José María Cárdenas y Rodríguez, y el poeta tenía 20 años cuando la conoció, una época en la que él se presenta a sí mismo --y quizá no sea cierto-- como “bien parecido, alegre y frecuentador de bailes y fiestas”. Lo atrajo la belleza de Dolores y algunos suponen que llegaron a ser novios. De cualquier manera, ella lo desdeñó. Al respecto escribió Federico Milanés que “cansado de amarla en vano, desistió de verla y hablar, consagrándose a cavilaciones tristes y a verter en sus composiciones poéticas un raudal de llanto y quejas por su soledad”. De esa época data La madrugada. Al final dejó de visitar la casa de Dolores; rompió con ella.
Entra entonces en la escena Isabel Ximeno, Isa. Son primos, como ya se ha dicho, y el poeta, que es ya toda una gloria local, con 28 años, le dobla tranquilamente la edad. Surgen poemas dedicados a Isa, y la madre de José Jacinto y la madre de Isabel observan ese amor con preocupación. Es probable que don Simón quiera para su hija un pretendiente de mayores beneficios que aquel primo pobretón y poeta.
No se sabe con certeza, pero es de suponer los inconvenientes y dificultades que pondría a aquella relación la familia de Isabel.
Es entonces que empiezan a mostrarse los primeros síntomas del desvarío del poeta. Son inútiles los esfuerzos por hacerle recuperar la razón. Médicos de La Habana, con los que consulta la familia, recomiendan un viaje al exterior y es el padre de Isa quien facilita el dinero necesario para que José Jacinto, acompañado por Federico, visite Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia... un costoso periplo que no arroja a la larga resultados favorables. El enfermo va de mal en peor. Sufre ataques de furia y se impone servirle la comida ya cortada para evitar que agreda a familiares o termine por agredirse él mismo. Una tarde escapó a la vigilancia de los suyos. Cruzó la calle y se dirigió a casa de su prima. Al verla, prorrumpió en gritos desesperados. Isa, aterrada, huyó hacia el fondo de la vivienda.
Carlota, hermana de José Jacinto, cogió del brazo al poeta y lo llevó a dar un paseo. Tras un ataque de violencia, quedaba ensimismado, melancólico, sumido en un mutismo absoluto.
Dolores María de Ximeno y Cruz escribió en un libro delicioso que lleva por título Memorias de Lola María, que Carlota pasaba noches enteras al lado de José Jacinto, tratando de distraerle en sus insomnios. Al igual que sus hermanas, sacrificó juventud y amores en aras de aquel afecto. “Para entretener las interminables veladas de invierno, a la luz de una lámpara y junto al sillón del enfermo --que, envuelto en su amplia capa española con embozo grana, de nada se daba
cuenta-- escribía con la aguja, en una finísima tela de lino, con caracteres pequeños, hermosas poesías en italiano, traducidas en otro tiempo por su hermano”.
Es también Lola María quien da noticias de Isabel Ximeno. La retrata en sus memorias como “pura, digna, inteligente, distinguida,
Delicadísima”. Cuenta que otro primo suyo --José Marías Jenekes y
Ximeno-- enamorado perdidamente de ella y también despreciado, dio en enflaquecer, se hizo adicto a las “bebidas ácidas y nunca casó en homenaje a aquel amor imposible”.
Isa sí contraería matrimonio. Entre sus muchos pretendientes se decidió por lo que consideró el mejor partido. Se casó en 1862 con Manuel Mahy y León, sobrino del capitán general Nicolás Mahy, gobernador de la Isla de Cuba. Viajó a España la pareja, y en Madrid gozó ella del reconocimiento de figuras muy notables de la Corte.
Ventura de la Vega le dedicó un poema cuando decidió volver a Cuba.
Falleció en Matanzas en 1897.
Ya para entonces José Jacinto Milanés había muerto. El 14 de noviembre de 1863 había llegado a su fin aquella vida adolorida que apresó en su poesía, y ese es su aporte imperecedero, la impronta del alma de Cuba.

Ciro Bianchi Ross



Perle


Grazie a Milton Díaz Canter, giornalista dell'ICRT






Leardo

LEARDO: le brucio

domenica 24 agosto 2014

Lazzo

LAZZO: cosa fastidiosa o scherzo di cattivo gusto "del L..."

venerdì 22 agosto 2014

Lavanda

LAVANDA: famosa soubrette degli anni '50

giovedì 21 agosto 2014

Emissione di nuove banconote

Información a la población

Banco Central de Cuba informa sobre la próxima emisión de billetes en moneda nacional (CUP) con nuevas medidas de seguridad
·          
·         Juventud  Rebelde
digital@juventudrebelde.cu
·        
18 de Agosto del 2014 23:00:54 CDT
·          
El Banco Central de Cuba informa a la población la próxima emisión de billetes en moneda nacional (CUP) con nuevas medidas de seguridad, según se detalla a continuación:
• En los billetes de altas denominaciones (100, 50 y 20 pesos) en la marca de agua localizada en la parte izquierda del frente del billete, aparece la imagen del patriota que identifica su denominación (Carlos Manuel de Céspedes en el billete de 100 pesos, Calixto García en el de 50 pesos y Camilo Cienfuegos en el de 20 pesos), la que puede verse colocando el billete a trasluz.
Se incorpora además, otra  marca de agua ubicada en la parte superior a la izquierda del patriota con el número de la denominación del billete.
•En el resto de las  denominaciones  se mantiene la marca de agua con la imagen de Celia Sánchez y a la derecha de esta se incorpora  el número con la denominación del billete.
El año de impresión de los billetes es 2014. El resto de los elementos de seguridad se mantienen sin modificaciones.
Estas nuevas características se muestran en afiches que se podrán ver en todas las oficinas bancarias y en la red de comercio minorista.
Los billetes actualmente en circulación, con año de impresión anterior al 2014, tanto de las altas denominaciones (100, 50 y 20 pesos), como del resto de las denominaciones, mantienen su vigencia y curso legal en el territorio nacional.


Lasciare

LASCIARE: sciare da quella parte

mercoledì 20 agosto 2014

Lampone

LAMPONE: saetta di grandi dimensioni

martedì 19 agosto 2014

Fonte: Cuba Contemporanea
Cibo Café: una vista a la sazón italiana y la pura vida habanera
Versión para impresión
Por Yizzet Bermello
17 Agosto, 2014 - 12:23






(Fotos: Elizabeth Angoiti)
Hacer un negocio de comida italiana en La Habana puede convertirse en un quebradero de cabeza, y no porque las pizzas y pastas no gusten a los comensales de este lado del mundo, es que las que conocemos en nuestro archipiélago nos llegaron con recetas muy tergiversadas. En el Cibo Café, otro de esos restaurantes que hoy adornan las calles más céntricas del Vedado habanero, se han propuesto mostrar que tenemos mucho que aprender sobre la verdadera sazón del lejano país europeo.
“Como decidimos enfocarnos un poquito más en la gastronomía de esa nación, aunque nuestra carta también incorpore muchos platos y preparados de la cocina internacional y manejemos el concepto de la fusión, pues tratamos de volver sobre propuestas originales de la comida clásica italiana e ingredientes muy básicos, como el orégano, el basílico y el perejil. Intentamos mantener siempre sazonadores y productos que respondan a ese principio, pero no es fácil en este mercado”, explica Osmanis Díaz Ríos, propietario del lugar.
Abunda que en su menú incorporan hoy unas 5 o 6 variantes de pastas, incluyendo una pasta fresca, además de canelones, lazañas; las pizzas en todas sus posibilidades y respetando el principio de la base fina y crocante, más los rissotos, tanto de vegetales como de mariscos. “Resultan platos indispensables de una cocina en la que no somos especialistas, pero sobre la que indagamos bastante para tratar de acercarnos todo lo que se pueda a las recetas verdaderas”, puntualiza el chef del Cibo Café, David Olmos.
Nos aclara, sin embargo, que muchos de esos clientes que ya vuelven una y otra vez al restaurante, lo hacen buscando también otros platos creados allí, a partir de probar sabores y alternativas que surgen de la fusión. “Gusta mucho nuestra torre de pescado a la vinagreta, así como el lomo con bacon en salsa de reducción de balsámico; en tanto que el cordero guisado al vino tinto es otro gran triunfador”, destaca este amante de la buena cocina.
Además de la oferta formal de restauración, esa que se busca para una cena romántica o un almuerzo de negocios, en la que suele haber entrantes, platos fuertes a base de carnes, pescados o mariscos, y luego postres y bebidas, en el Cibo Café usted puede disfrutar de sándwiches, hamburguesas, variantes diversas de dulces hechos en la casa, más cócteles y una amplia gama de cafés, que se agradecen cuando lo que se quiere es compartir un poco con los amigos. No debe olvidarse en esta lista su auténtica propuesta de cocina italiana, claro está.


“Por eso decidimos que el proyecto llevara el nombre de café. Queríamos comunicar a nuestro público meta, un segmento con poder adquisitivo medio y en el que incluimos tanto a consumidores cubanos como a turistas extranjeros interesados en probar las ofertas gastronómicas de la ciudad, que tenemos un espectro de servicios muy amplio, partiendo desde platos con elaboración y refinamiento, para pasar a las pizzas y pastas en todas sus variantes y luego a los alimentos más ligeros, esos que pueden consumirse en cualquier horario del día”, indica por su parte el propietario.
Nos menciona otro valor agregado del lugar en el que habíamos puesto atención desde la llegada. “Nuestra idea con la decoración fue que tuviera mucha correspondencia con la calle que el cliente observa todo el tiempo desde aquí, la transitada calle L, sin dudas una de las más movidas de la ciudad”.
Pero tuvieron también algo de suerte con los portales que ocuparon, en un edificio con grado dos de protección patrimonial, por ser joya del Art Decó de entre los años 30 y 40 del pasado siglo. “Decidimos ser muy respetuosos con la intervención del lugar y, por ejemplo, buscamos un cierre de ventanas que fuera armonioso con el estilo. Se mantuvieron los pisos originales, el baño, los techos, tratando solo de crear un ambiente confortable, urbano, a partir de la estructura original”, refiere Díaz Ríos.
A ello se adicionó en el Cibo Café un mobiliario y diseño minimalistas, en los que priman el blanco y negro como colores base, con algunos puntos de realce en rojo. Ameniza casi siempre este acogedor rinconcito una buena música, en tanto que el grupo de camareros, casi todos jóvenes, van y vienen dispuestos para que nada falle en el servicio.
Recuerde que tienen platos para todos los gustos y horarios, pero que le apuestan con fuerza a lo más clásico de la sazón italiana. Así que si quiere pasar una tarde probando pizzas y pastas bien cercanas al más conocido estilo toscano, pues lléguese hasta este establecimiento que mira siempre atento a la calle L, al bullir de la más pura vida habanera.


Ladino

LADINO: luogo dove si trova Dino

lunedì 18 agosto 2014

Un'altra notte al Tropicana, di Ciro Bianchi Ross

Pubblicato su Juventud Rebelde del 17/8/14


Lo abbiamo detto la settimana scorsa in questa stessa pagina: Martin Fox fu l'uomo che fece grande il Tropicana. Era un giocatore, ma come altri della sua stessa razza, raramente si avvicinò al gioco per scommettere. Lo faceva per vincere.Se con lui entrò, alla grande, il gioco d'azzardo al Tropicana, non è meno certo che gli interessò portare le possibilità del cabaret alle ultime conseguenze. Il gioco, per lui, fu un modo di vita e la maniera di accedere a un universo sociale che forse in altro odo gli sarebbe stato proibito. Il cabaret, in cambio, fu il suo sogno. Nelle sue memorie, pubblicate a New York nell'anno 2005 con il titolo di Topicana nights: The Life and Times of the legendary Cuban Club, sua moglie Ofelia dice che il cubano è capace di sacrificare tutto in cambio di un minuto di piacere. Martin Fox proporzionava questo piacere in una splendente sala da feste dove, al suono della musica migliore e una coreografia osé, si muovevano, leggere di vestiario, le più clamorose mulatte dei Caraibi.
Tutte le fonti consultate affermano che Fox nacque a Ciego de Ávila. Un lettore che scrive dopo la pubblicazione della pagina della settimana scorsa e che firma semplicemente col nome di Orlando il suo messaggio elettronico, in cambio riferisce che nacque e passò la sua prima giovinezza a Calimete, in provincia di Matanzas. Lavorò come operaio agricolo. Fu aiutante di un meccanico e poi meccanico alla Centrale España della stessa provincia, dove conobbe Florentino (Tino) Hernandez che avrà, fino alla sua morte nel 1956, un ruolo importante nella vita di Fox e che il mio corrispondente promette di raccontare più avanti. Fox e Tino si installano a Ciego de Ávila e per vivere si convertono in venditori ambulanti di frutta e verdura.
Bettezzano la carretta con cui muovono la loro merce come La Batallita e, camuffandosi con il carrettone, diventano scommettitori della lotteria clandestina.
Altre fonti riferiscono, senza dubbio che Fox, tornitore di una centrale di zucchero, soffrì un incidente sul lavoro che gli lesionò la mano sinistra e gli costò il lavoro. Fu allora che si dedicò alla lotteria clandestina dapprima come rivenditore o scommettitore, più tardi come gestore di un proprio “banco”.
Non tarderà a convertirsi il gestore di banco più famoso della regione.
Il suo banco di scomesse, in calle Independencia, l'arteria commerciale più importante della città di Ciego, si camuffava dietro un'innoqua rivendita di sigarette, sigari e biglietti della Lotteria Nazionale. Questo negozio, dove per fare scommesse, si davano appuntamento rappresentanti di tutti i settori della società della società avileña, si chiamò, dice Guillermo Jiménez nel suo libro Los proprietarios de Cuba, La Vallita.
Giunge alla capitale dell'Isola nel 1941 e non tarda a controllare la lotteria clandestina in Centro Habana. Comincia il suo avvicinamento al Tropicana nel 1943 e l'anno seguente si associa con Victor Correa, suo fondatore e proprietario. Compra, a questi, la concessione del casinò di gioco del cabaret. Successivamente compra alla vedova di Truffin il possesso di qualcosa in più di due ettari e mezzo, dove si trova il centro notturno e termina togliendo dal gioco Correa in virtù dei 92.000 pesos che gli doveva. Corre l'anno 1950 e Martin Fox è l'unico proprietario del Tropicana.

Rodney e Arco de Cristal

Decide dare un giro alla sla delle feste. Vuol fare del Tropicana il cabaret più sfolgorante del Paese; convertirlo in un riferimento per il turismo internazionale. Questo impegno lo porta a rimodellare l'immobile e a contrattare un nuovo coreografo. Nel marzo del 1952, il mitico Roderico Neyra, un mulatto di bassa statura, baffi sottili, sorriso furbesco, conosciuto come  Rodney nel mondo dello spettacolo, assume le coreografie di questo locale notturno della calle 72 a Marianao.
Un anno prima, Fox, aveva contattato l'architetto Max Borges, figlio. La ristrutturazione del tropicana si estende fino al 1954 ed è una delle opere maggiori del Movimento dell'Architettura Moderna nell'Isola. Rispetto a ciò Eduardo Luís Rodríguez dice nel libro che pubblicò nel 2011 per le Edizioni Uniones sul tema: “L'opera consiste in aggiunte ai giardini del cabaret, esistente dal 1939. L'architetto ha risolto il più spettacolare di tutti gli elemnti del progetto, il salone Arcos de Cristal (1951) con un sistema di cortecce composto da cinque sottili volte di cemento armato fra ogni vano. Il salone contiguo Bajo las estrellas (1952) è all'aperto, mentre il casinò (1954) porta alle sue ultime conseguenze la concezione integratrice tra architettura e natura”.
Per questo progetto, Max Borges figlio, meritò la Medaglia d'Oro del Collegio Nazionale degli Architetti. È una delle poche opere cubane che incluse Henry Russel Hitchcok all'esposizione Latin American Architecture, celebrata nel Museo di Arte Moderna di Nuova York nel 1955. Nel 2002 tutto il complesso fu dichiarato Monumento Nazionale.
Rodney segnò un modo di fare e concepire il mondo dello spettacolo che arriva fino ad oggi. Produsse gli show: Voodoo ritual, Carabalí, Mayombe, Carnaval carioca, Copacabana, Tambó, Rumbo al Waldorf e Ritmo y color...che diedero fama internazionale al Tropicana. Nei suoi spettacoli parteciparono artisti della taglia di Josephine Baker, Nat King Cole, Tongolele, Carmen Miranda, Maurice Chevalier, Xavier Cugat, Liberace, il nostro grande Benny Moré, fra gli altri.
Nonostante sia un dato di Rodney che non si conosca, questo artista menomato dalla lebbra, non debutta al Tropicana nel 1952. Era stato lì prima, dice Leonardo Acosta nel primo tomo del suo Descarga cubana: el jazz en Cuba, come figurante e assistente di David Lichine e Julio Richards, a carico della coreografia dello show Congo Pantera che unì sulla scena della sala delle feste di Marianao, le migliori figure del balletto classico mondiale, appartenenti al Balletto Russo di Montecarlo del colonnello Basil e un centinaio di ballerini cubani che si muovavano al ritmo sfrenato dei tamburi di Chano Pozo e la musica trepidante di Gilberto Valdés. Questo incontro di Lichine-Rodney-Chano, precisa Acosta, sarà per il mondo dello spettacolo a Cuba tanto importante come lo fu l'incontro di Chano con Dizzy Gillespie per il jazz afrocubano. Il soggiorno avanero del balletto del colonnello Basil, merita bene una pagina a parte. Lo portò Pro Arte Musical e le sue presentazioni nel teatro Auditorium furono un successo di pubblico e di critica, ma molto costose, un disastro economico. Quella famosa compagnia rimase bloccata all'Avana, senza un un centesimo per tornare in Europa, fino a che Victor de Correa gli offrì soldi e i biglietti per il ritorno in cambio delle loro presentazioni in Congo e pantere.
Rodney si iniziò come ballerino. Ballò ed effettuò piccoli quadri coreografici nel teatro Shangai del quartiere cinese avanero, con i suoi spettacoli sordidi, quando non pornografici. Senza dubbio oggi si vede in quello che fece per la sla della calle Zanja - un miscuglio di sesso, ballo, musica e umorismo – il predecessore delle sue grandi produzioni per il cabaret. Quando la sua discapacità fisica si fece maggiore e più evidente – i guanti gli permettevano di occultare la deformità delle mani – abbandonò la sua carriera di ballerino e si mise sempre più nella coreografia. Nel 1945 organizò lo spettacolo de Las mulatas de fuego, con grande successo a Cuba e in Messico e, nel 1950, è già il coreografo del cabaret Sans Souci fino a che, contrattato da Martin Fox, salta al Tropicana, anche se in alcune occasioni mantiene in simultanea le coreografie dei due cabaret. Come dice Leonardo Acosta nel libro citato, la concorrenza tra Sans Souci, Tropicana e Montmartre poco a poco si trasformerà in una “fraterna emulazione” a misura che i tre giganti del mondo notturno avanero si trasformavano in feudi delle varie “famiglie” con interessi similari.

Appare Santo Trafficante

Il Tropicana risulta, fino a d oggi, come l’unico dei grandi esercizi del gioco all’Avana che era proprietà esclusiva di cubani. Per mantenersi indipendenti e non cadere nell’egida della mafia nordamericana, il cabaret pagava con una succuluenta somma la “protezione” del presidente Batista. I suoi dirigenti e impiegati amministrativi erano famigliari di Fox o amici e compari dei suoi affari come tenutario delle lotterie e pertanto, cubani. D’altra parte il cabaret permetteva di mostrare ai visitatori di tutto il mondo il lavor che svolgevno ballerini, musicisti, disegnatori di scena o di abiti...tutti nati a Cuba.
Nel medesimo casinò della sala delle feste, a differenza della maggior parte della case di gioco, erano cubani quasi tutti i dipendenti.
Quanto fu introdotta la mafia nel Tropicana è un tema difficile da precisare. Si dice che con Rodney uscirono dal Sans Souci le celebrità e i grandi giocatori per seguirlo al Tropicana.
Allora Santo Trafficante, concesionario del gioco in un cabaret della strada per Arroyo Arenas, o proprietario dell’esercizio, dicono gli studiosi del tema, necessitava “stabilire una testa di ponte nel Tropicana, per dimostrare che la mafia era garante di tutto quello che prosperava nel suo territorio”.
Da un inzio, Trafficante si avvicnò a Fox sottilmente e con cautela.
Ossequiò a Ofelia, la moglie di Fox, una pelliccia di visone argentato e apartire da lì si dette il compito di guadagnare la fiducia della coppia. Quando chiamava Fox per telefono si identificava come El Solitario, al fine di fargli credere che agiva solo, cosa che non era vera. Era una giocata intelligente. Per un uomo come Fox che si era fatto da sé e dirigeva un affare molto personalizzato, vendere o associarsi con un solo uomo risultava più fattibile che consegnarlo a un conglomerato come la mafia. Il mafioso di Tampa cercò di guadagnarsi i dipendenti di Fox con regali spettacolari. A Felipe Dulzaides, direttore de Los Armonicos, gruppo musicale che si presentava abitualmente nel Tropicana e che diceva di ammirare, un giorno consgnò un mazzo di chiavi. “Questo è per te e i ragazzi”, disse. All’uscita del cabaret, Dulzaides rimase senza parole quando vide il Cadillac Seville, ultimo modello, nuovo di pacca, che Trafficante, “senza nessun compromesso” ossequiò ai musicisti. Uno degli uomini di fiducia di Trafficante era assiduo del Tropicana. Anche se si poteva vedere come un‘irruzione in territorio altrui, la sua presenza non solo si giustificava, ma che animava. Norman Rothman, un elegante ebreo di mezza età e padrone di locali notturni, era “amichetto” di Olga Chaviano, sfolgorante e seduttrice vedette cubana che figurava nell’elenco del Tropicana.
Ci furono affari tra Fox e Trafficante? Se si, fino a dove arrivarono? Non si sa. Un giornalista nordamericano dice al rispetto: “Fox comprendeva le leggi della malavita. Se conveniva ai suoi interessi allearsi con Trafficante e la mafia dell’Avana lo avrebbe fatto. L’unica cosa era che bisognava convincerlo”.

Otra noche en Tropicana
Ciro Bianchi Ross * digital@juventudrebelde.cu
16 de Agosto del 2014 21:13:58 CDT

Lo dijimos la semana anterior en esta misma página: Martín Fox fue el hombre que hizo grande a Tropicana. Era un jugador, pero, al igual que otros de su misma especie, rara vez se acercó al juego para apostar.
Lo hacía para ganar. Si con él entró por la puerta ancha en Tropicana el juego de azar, no es menos cierto que le interesó llevar las posibilidades del cabaré hasta sus últimas consecuencias. El juego fue para él un medio de vida y la forma de acceder a un universo social que tal vez de otra forma le hubiera sido vedado. El cabaré, en cambio, fue su sueño. En sus memorias, publicadas en Nueva York en el año 2005, bajo el título de Tropicana Nights: The Life and Times of the legendary Cuban Nightclub, su esposa Ofelia dice que el cubano es capaz de sacrificarlo todo a cambio de un minuto de placer. Martín Fox proporcionaba ese placer en una esplendente sala de fiesta en la que al compás de la mejor música y una atrevida coreografía se movían, ligeras de ropa, las más despampanantes mulatas del Caribe.
Todas las fuentes consultadas consignan que Fox nació en Ciego de Ávila. Un lector que escribe a raíz de la publicación de la página de la pasada semana y que firma simplemente con el nombre de Orlando su mensaje electrónico, refiere en cambio que nació y pasó su primera juventud en Calimete, provincia de Matanzas. Trabajó como obrero agrícola. Fue ayudante de mecánico y luego mecánico en el central España, de la misma provincia, donde conoció a Florentino (Tino) Hernández, que tendrá, hasta su fallecimiento en 1956, un papel importante en la vida de Fox y que mi corresponsal promete contar más adelante. Fox y Tino se instalan en Ciego de Ávila y para vivir se convierten en vendedores ambulantes de viandas, frutas y vegetales.
Bautizan la carretilla en la que mueven su mercancía como La Batallita y, camuflándose con el carretón, se hacen apuntadores de la bolita.
Otras fuentes refieren, sin embargo, que Fox, tornero de un central azucarero, sufrió un accidente laboral que le lesionó la mano izquierda y le costó el empleo. Fue entonces que se dedicó a la bolita, primero como listero o apuntador, y más tarde como banquero.
No demoraría en convertirse en el banquero más connotado de la región.
Su banco de apuestas, en la calle Independencia, la arteria comercial más importante de la ciudad de Ciego, se disimulaba tras un inocuo expendio de cigarros y tabacos y billetes de la Lotería Nacional. Esa tienda donde, para hacer sus apuestas, se daban cita representantes de todos los sectores de la sociedad avileña, se llamó, dice Guillermo Jiménez en su libro Los propietarios de Cuba, La Vallita.
Llega a la capital de la Isla en 1941 y no demora en controlar la bolita en Centro Habana. Comienza su acercamiento a Tropicana en 1943 y al año siguiente se asocia con Víctor de Correa, su fundador y propietario. Compra a este la concesión del casino de juego del cabaré. Compra después a la viuda de Truffin el predio de algo más de dos hectáreas y media donde se ubica el centro nocturno y termina sacando a Correa del juego en virtud de los 92 000 pesos que le adeudaba. Corre el año de 1950 y Martín Fox es el propietario único de Tropicana.

Rodney y arcos de cristal

Decide darle un vuelco a la sala de fiesta. Quiere hacer de Tropicana el cabaré más deslumbrante del país; convertirlo en una referencia para el turismo internacional. Ese empeño lo lleva a remodelar el inmueble y a contratar a un nuevo coreógrafo. En marzo de 1952 el mítico Roderico Neyra, un mulato de baja estatura, bigote fino y sonrisa pícara, conocido como Rodney en el mundo del espectáculo, asume las coreografías de este establecimiento nocturno de la calle 72, en Marianao.
Un año antes Fox había entrado en tratos con el arquitecto Max Borges, hijo. La remodelación de Tropicana se extiende hasta 1954 y es una de las obras cumbres del Movimiento de la Arquitectura Moderna en la Isla. Respecto a esta dice Eduardo Luis Rodríguez en el libro que sobre el tema publicó Ediciones Unión, en 2011: “La obra consiste en adiciones en los jardines del cabaret, existente desde 1939. El arquitecto resolvió el más espectacular de todos los elementos del proyecto, el salón Arcos de Cristal (1951) con un sistema de cáscaras compuesto por cinco delgadas bóvedas de hormigón colocadas excéntricamente y decrecientes en tamaño, lo que produce un efecto telescópico que dirige el espacio hacia la zona de la orquesta. El ambiente de este salón es excepcional e integra la naturaleza a través de los vidrios que cierran, en forma de arco, los espacios entre cada bóveda. El salón contiguo, Bajo las Estrellas (1952) está al aire libre, mientras que el casino (1954) lleva a las últimas consecuencias la concepción integradora entre arquitectura y naturaleza”.
Por este proyecto Max Borges, hijo, mereció la Medalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos. Es una de las pocas obras cubanas que incluyó Henry Russell Hitchcock en la exposición Latin American Architecture, celebrada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en 1955. En 2002 todo el conjunto fue declarado Monumento Nacional.
Rodney marcó una manera de hacer y concebir el mundo del espectáculo que llega hasta hoy. Produjo los shows Vudú ritual, Carabalí, Mayombe, Carnaval carioca, Copacabana, Tambó, Rumbo al Waldorf y Ritmo y color...
que le dieron fama internacional a Tropicana. En sus espectáculos participaron artistas de la talla de Josephine Baker, Nat King Cole, Tongolele, Carmen Miranda. Maurice Chevalier, Xavier Cugat, Liberace y nuestro gran Benny Moré, entre otros.
Aunque sea un dato de Rodney que se desconozca, ese artista, aquejado por la lepra, no debuta en Tropicana en 1952. Había estado allí antes, dice Leonardo Acosta en el primer tomo de su Descarga cubana: el jazz en Cuba, como figurante y asistente de David Lichine y Julio Richards, a cargo de la coreografía del show Congo Pantera, que juntó en el escenario de la sala de fiestas de Marianao a las mejores figuras del ballet clásico mundial, pertenecientes al elenco del Ballet Ruso de Montecarlo del coronel Basil y a un centenar de bailarines cubanos que se movieron al ritmo desenfrenado de los tambores de Chano Pozo y la música trepidante de Gilberto Valdés. Ese encuentro de Lichine-Rodney-Chano, precisa Acosta, sería para el mundo del espectáculo en Cuba tan importante como lo fue el encuentro de Chano con Dizzy Gillespie para el jazz afrocubano. La estancia habanera del ballet del coronel Basil bien merece una página aparte. Lo trajo Pro Arte Musical y sus presentaciones en el teatro Auditórium fueron un éxito de público y de crítica, pero, por lo costosas, un fracaso económico. Aquella famosa compañía quedó varada en La Habana, sin un centavo para retornar a Europa hasta que Víctor de Correa le ofreció dinero y los pasajes de regreso a cambio de sus presentaciones en Congo Pantera.
Rodney se inició como bailarín. Bailó y acometió pequeños cuadros coreográficos en el teatro Shanghái, del Barrio Chino habanero, con sus espectáculos sórdidos cuando no pornográficos. Sin embargo, hoy se ve en lo que hizo para el coliseo de la calle Zanja --una mezcla de sexo, música, baile y humor-- el antecedente de sus grandes producciones para el cabaré. Cuando su incapacidad física se hizo mayor y más evidente --los guantes le permitían ocultar la deformidad de las manos-- abandonó su carrera como bailarín y se metió cada día más en la coreografía. En 1945 organizó el espectáculo de Las mulatas de fuego, con gran éxito en Cuba y en México, y en 1950 es ya el coreógrafo del cabaré Sans Souci hasta que, contratado por Martín Fox, salta a Tropicana, aunque en ocasiones simultanea la coreografía de los dos cabarés. Como dice Leonardo Acosta en el libro citado, la competencia entre Sans Souci, Tropicana y Montmartre poco a poco se iría convirtiendo en una “emulación fraterna” a medida que los tres gigantes del mundo nocturno habanero se iban transformando en feudos de varias “familias” con intereses similares.

Aparece Santo Trafficante

Tropicana pasa hasta hoy como el único de los grandes establecimientos del juego en La Habana que era propiedad exclusiva de cubanos. Para mantenerse independiente y no caer en la égida de la mafia norteamericana, el cabaré pagaba con una jugosa suma la “protección” del presidente Batista. Sus directivos y empleados administrativos eran familia de Fox o amigos y compinches de sus negocios como bolitero y, por tanto, cubanos. Por otra parte, el cabaré permitía mostrar a visitantes de todo el mundo el trabajo que desplegaban bailarines, músicos, diseñadores, vestuaristas... nacidos todos en Cuba.
En el mismo casino de la sala de fiestas, a diferencia de la mayor parte de las casas de juego, eran cubanos casi todos sus empleados.
Cuán metida estuvo la mafia en Tropicana, es un tema difícil de precisar. Se dice que con Rodney salieron del Sans Souci las celebridades y los grandes jugadores para seguirlo a Tropicana.
Entonces Santo Trafficante, concesionario del juego en el cabaré de la carretera de Arroyo Arenas o propietario del establecimiento, dicen los estudiosos del tema, necesitaba “establecer una cabeza de playa en Tropicana para demostrar que la mafia era garante de todo lo que prosperaba en su territorio”.
En un inicio, Trafficante se acercó a Fox sutilmente y con cautela.
Obsequió a Ofelia, la esposa de Fox, un abrigo de visón plateado, y a partir de ahí se dio a la tarea de ganarse a la pareja. Cuando llamaba a Fox por teléfono se identificaba como El Solitario, a fin de hacerle pensar que actuaba solo, lo que no era cierto. Era una jugada inteligente. Para un hombre como Fox, que se había hecho por sí mismo y dirigía un negocio muy personalizado, venderle o asociarse con un solo hombre resultaba más factible que entregarlo a un conglomerado como la mafia. Trató también el mafioso de Tampa de ganarse a los empleados de Fox con regalos espectaculares. A Felipe Dulzaides, director de Los Armónicos, grupo musical que se presentaba de manera habitual en Tropicana y que decía admirar, entregó un día un juego de llaves. “Esto es para ti y los chicos”, dijo. Al salir del cabaré, Dulzaides quedó sin palabras cuando vio el Cadillac Seville último modelo, nuevo de paquete, que Trafficante, “sin compromiso alguno” obsequió a los músicos. Uno de los hombres de confianza de Trafficante era asiduo en Tropicana. Aunque podía verse como una irrupción en terreno ajeno, su presencia no solo se justificaba sino que se animaba. Norman Rothman, un elegante judío de mediana edad y dueño de clubes nocturnos, era el “amiguito” de Olga Chaviano, despampanante y seductora vedette cubana que figuraba en la nómina de Tropicana.
¿Hubo negocios entre Fox y Trafficante? De haberlos, ¿hasta dónde llegaron? No se sabe. Dice un periodista norteamericano al respecto:
“Fox entendía los dictados del hampa. Si convenía a sus intereses aliarse con Trafficante y la mafia de La Habana, lo haría. Lo único que hacía falta era convencerle”.

Ciro Bianchi Ross



Lacuale

LACUALE: colei che

domenica 17 agosto 2014

Ischialgia

ISCHIALGIA: nostalgia dell'isola campana