Fonte: Cuba Contemporanea
Restaurante Divino: en alabanza a la vida, el amor y la naturaleza
Por Yizzet Bermello
Restaurante Divino
Si usted
es de los que gustan de los espacios abiertos y apacibles, donde la naturaleza
reina y nos muestra toda su majestuosidad; si disfruta de esa energía especial
que dan los verdes intensos; de la paz que se siente cuando uno sale en familia
a buscar fuera de la ciudad aires menos congestionados, y además de esa
gastronomía en la que los sabores tradicionales y nuevos de la cocina se
mezclan y son potenciados desde condimentos bien naturales, pues créame que le
tengo una recomendación muy especial en esta oportunidad.
En la
barriada habanera de Mantilla, ubicada en la zona periférica de la capital
cubana, abrió hace más de dos años el restaurante Divino, del que hoy hablan
muchos especialistas gastronómicos, los más famosos sommeliers, pero también
visitantes extranjeros y nacionales que alguna que otra vez se han llegado
hasta el lugar para pasar un día de sosiego y sano esparcimiento, en el que
además aprenden sobre el proyecto que allí se ha gestado.
Porque en el Divino la amplia carta de platos cubanos e internacionales que
se puede degustar en su Salón de las Columnas, bajo esos corredores que en otro
tiempo alojaron los portales de la casona donde todavía hoy viven sus
propietarios; o los cocteles diversos para refrescarse, en el aledaño ranchón
donde se ubica el bar Plaza Luna, suelen ser el destino final de una larga y calmada
travesía por toda la finca y sus alrededores.
Antes de
llegar al momento de júbilo que siempre regala la comida preparada al carbón,
donde prima lo tradicional, aunque se le adivinen muchos elementos de
modernidad y algunas esencias gourmet, la mayoría de los visitantes se mueve
por las áreas de huertos en las que se cosechan los vegetales y condimentos que
consume el restaurante y la familia que lo impulsa, además de un gran terreno
inundado de árboles frutales, que desde hace algunos años ostenta la categoría
de Jardín Botánico Provincial para estas especies.
Disfrutan
durante ese periplo de la posibilidad de conocer sobre abonos naturales,
control biológico de plantas y muchos conceptos sanos de cultivo, a partir del
intercambio con productores, o con algunos estudiantes de la especialidad de
agronomía que hacen investigaciones en la finca La Yoandra, con una Triple
Corona Excelencia Nacional de la Agricultura Urbana, más Sello Agroecológico.
Para los
amantes del mundo de los vinos resultará una experiencia muy singular el
recorrido por la cava bajo tierra asociada al restaurante, donde se conservan,
en condiciones óptimas de temperatura y humedad, más de 300 etiquetas de este
producto, en representación de regiones y países de todo el orbe, junto a
objetos museables muy interesantes vinculados con la coctelería, la licorería y
la vinicultura en general.
Otro
espacio de creciente aceptación es la Casa del Campesino, una vivienda rústica
construida a la usanza de los bohíos que todavía se ven en los campos cubanos,
donde el visitante puede ampliar su conocimiento sobre tradiciones rurales, o
intercambiar directamente con niños y ancianos de la comunidad que rodea al
restaurante, con los que los propietarios desarrollan varios proyectos de
beneficio y respaldo social.
Suele
confirmar siempre allí que, más que una experiencia gastronómica o sensorial,
está disfrutando en los predios del restaurante Divino de un proyecto que
convida al comprometimiento y hace reflexionar sobre los valores inmensos
del amor; un proyecto de alabanza a la vida y la naturaleza.
Guiados por
la pasión
Precisamente, para la pareja que creó el Divino, como ellos mismos han
terminado llamándole, el restaurante por el que tanto se les conoce ahora
resulta solo un eslabón de cierre en una larga cadena de elementos que fueron
estructurando durante su matrimonio de más de 20 años, y siempre en el entorno
de esa casa y finca donde han crecido los hijos, muy cerca de la tierra y el
barrio que vio nacer a Yoandra Álvarez Echevarría.
“Compartimos
de alguna manera el amor por lo natural, los vinos y por esas iniciativas
comunitarias que contribuyen a la enseñanza de valores en los niños y al
beneficio de grupos poblacionales que en determinadas circunstancias se
encuentran en una situación de desventaja. Y alrededor de eso fueron surgiendo
todas las ideas: primero el organopónico para autoabastecernos, luego la finca
de frutales, después la cava que mi esposo siempre quiso tener por su
condición de sommelier internacional y más tarde el círculo de interés”,
recuerda esta mujer que dice sentirse feliz, porque ha logrado cumplir buena
parte de sus sueños.
Aclara que
en todo lo que han hecho los ha guiado el amor, la pasión, el deseo de probarse
y crecer, incluso en ámbitos para los que no sabían que tenían cualidades y
capacidad. “El proyecto comunitario es una parte esencial para nosotros. Se
llama “Desde adentro” porque lo enfocamos en el mismo barrio y se acomete con
recursos propios. Hemos pasado por tres generaciones de niños y ayudamos en la
actualidad a unos 40 ancianos. La verdad es que reconforta mucho y le otorga
mayor espiritualidad a este lugar”, añade.
Enfatiza
la propietaria que el restaurante no solo genera ganancias para la subsistencia
familiar. “Buena parte de lo que se gana se revierte también en estos
desarrollos de la finca y el trabajo con la comunidad. De hecho, cuando lo
creamos ya existían alrededor del Divino todos los demás elementos
mencionados”, acota.
Le
preguntamos entonces por las razones que apoyaron ese nombre, y responde
rápido: “El tema del vino estaba muy latente en nuestro espacio y queríamos
resaltarlo, pero tuvo que ver también con la palabra divinidad, por lo bueno,
por lo exquisito, y se ha convertido en el término que usa todo el que nos
visita para definirnos. El Divino nos vino por tanto como anillo al dedo”.
Restaurante
Divino:
Calle
Raquel, número 50, entre Esperanza y Lindero, Reparto Castillo de Averhoff,
Mantilla, Arroyo Naranjo, La Habana, Cuba
Teléfono: (537) 643 7734
Teléfono: (537) 643 7734
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