Cuba
AGOSTO 6, 2015
Deshielo entre EEUU y Cuba desata nuevo 'boom' turístico
Turistas en un auto clásico en El Malecón. Los datos oficiales indican que el turismo creció 15.9% en el primer semestre respecto al mismo periodo del 2014, cuatro veces más que el conjunto de la economía cubana (4%). Desmond Boylan AP
Agence France Presse
LA HABANA
El acercamiento con Estados Unidos ha desatado un nuevo ‘boom' del turismo en Cuba, sector que ha crecido este año cuatro veces más que la economía nacional, recuperando las altas tasas de expansión de los años 90.
“La imagen internacional del restablecimiento de relaciones con la reapertura de embajadas, crea una percepción propicia para visitar Cuba, no solo de los estadounidenses, sino de todos los países”, indica a la AFP el académico José Luis Perelló, de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana.
Los datos oficiales confirman su optimismo: el turismo creció 15.9% en el primer semestre respecto al mismo periodo del 2014, cuatro veces más que el conjunto de la economía cubana (4%).
La llegada de estadounidenses aumentó considerablemente (50l1%), pero también la de franceses (28.5%), británicos (27.5%) y alemanes (21.7%), entre otros. Las visitas de canadienses -un tercio de los tres millones de turistas en el 2014- crecieron 13.2%.
Fidel Castro abrió la isla al turismo a comienzos de los años 90, en medio de una crisis económica tras el fin de la asistencia soviética, y durante ese decenio el sector creció vigorosamente a tasas de 15% anual, pero a partir del 2001 la expansión se desaceleró y desde entonces bordeaba el 5% anual.
Por ello, las cifras récord del primer semestre son resultado directo del deshielo entre Estados Unidos y Cuba, anunciado en diciembre, según los expertos.
“En el nuevo escenario internacional que vive Cuba el turismo parece ser el sector que mayores impactos positivos tendrá. Estos ya se manifiestan este año”, dice a la AFP el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.
“Por tanto, será este sector un foco de atracción para las inversiones extranjeras y los proyectos de bienes raíces, también con la expectativa que lo próximo que ocurra desde la política estadounidense hacia Cuba sea una liberalización total de los viajes”, añade.
Tras dejar atrás medio siglo de rivalidad en diciembre pasado, Estados Unidos y Cuba restablecieron lazos diplomáticos el 20 de julio. Su acercamiento quedará plenamente sellado este 14 de agosto, cuando el secretario de Estado, John Kerry, visite La Habana para izar la bandera en la flamante embajada estadounidense.
En La Habana y Varadero los hoteles han estado repletos todo este año, lo que no sucedía en los años anteriores.
Este nuevo boom está impulsando a cadenas hoteleras a invertir, mientras líneas aéreas y navieras gestionan permisos para operar entre Estados Unidos y Cuba, lo que dinamizaría aún más al sector de turismo, una de las tres principales fuentes de divisas de la isla comunista, con 2,600 millones en 2014.
La cadena francesa Bouygues comenzó a remodelar la ‘Manzana de Gómez' en La Habana Vieja para convertir un derruido edificio en un hotel cinco estrellas, que operará en conjunto con el grupo cubano Gaviota y el alemán Kempinski.
Con 246 habitaciones lujosas, el nuevo ‘Hotel Manzana' debe estar terminado a fines de 2016 y sería el más caro de la isla.
Bouygues también va construir el hotel ‘Sofitel SO Prado Malecón', frente al mar en La Habana Vieja, con 208 habitaciones de lujo, cerca de otro que proyecta una cadena española.
Los florecientes restaurantes privados, llamados popularmente ‘paladares', también se han favorecido con el boom.
“Anticipándonos a este hecho (la mayor demanda) tomamos una serie de medidas”, dice a la AFP Enrique Núñez, dueño del famoso paladar ‘La Guarida', que ocupa el apartamento donde se filmó la película Fresa y chocolate en 1993 y que ha atendido a celebridades como Steven Spielberg y Rihanna.
“La carta nuestra se adapta al gusto y la calidad a la que los americanos están acostumbrados”, indica a la AFP Carlos Márquez, dueño y chef del paladar ‘San Cristóbal', que ha atendido a Beyoncé y a varios presidentes, y que se ha visto favorecido también “porque están viniendo muchos clientes afroamericanos”.
“Hay pocos restaurantes privados de gente de color en La Habana y los afroamericanos notan ese detalle”, explica este emprendedor afrocubano.
Finanzas
AGOSTO 7, 2015
Cuba prevé auge de turismo de yates y cruceros de EEUU
Un guarda de seguridad camina junto al yate
estadounidense Still Waters, anclado en la Marina Hemingway de La Habana, Cuba,
el 6 de agosto de 2015. Después de cuatro horas de navegación sin contratiempos
el yate Still Water atracó en la Marina Hemingway de La Habana. La
normalización de la relación entre Estados Unidos y Cuba que durante años fue
problemática está transformando de nuevo el espacio marítimo de 145 kilómetros
(90 millas) entre ambas naciones en una zona de recreo para cruceros
gigantescos y llamativos yates de lujo. Desmond Boylan Foto AP
POR MICHAEL WEISSENSTEINAssociated Press
Un yate de tres millones de dólares partió de Key West
esta semana con dos parrillas para asar carne, televisión con 250 canales vía
satélite y un plan por si se tuviera que rescatar a balseros cubanos
desamparados en el Estrecho de Florida.
Después de cuatro horas de navegación sin
contratiempos el yate Still Water atracó en la Marina Hemingway de La Habana.
Los adinerados pasajeros desayunaron salmón ahumado y bizcochos, luego
abordaron un autobús del gobierno cubano con aire acondicionado para realizar
una visita de un día a la ciudad.
Un hombre en la popa del yate estadoundiense Sails
Tactic de Fort Lauderdale, Florida, en la Marina Hemingway de La Habana, Cuba,
el 6 de agosto de 2015. El turismo en sí sigue siendo ilegal bajo el embargo.
El corredor de yates Paul Madden recibió permiso del gobierno de Obama el mes
pasado para operar renta de yates para viajes de “persona a persona” con guías
de los gobiernos estadounidense y cubano que conjuntamente acompañarán a grupos
a través de actividades de todo un día en tierra para fomentar la interacción
entre ciudadanos cubanos y estadounidenses. Cruceros con licencias nuevas operarán
bajo el mismo modelo. Desmond Boylan Foto AP
La Guerra Fría convirtió el Estrecho de Florida en un
escenario de amenaza de confrontación nuclear y una tumba de miles de balseros
que buscaban una mejor vida en Estados Unidos. Ahora, la normalización de la
relación entre Estados Unidos y Cuba que durante años fue problemática está
transformando de nuevo el espacio marítimo de 145 kilómetros (90 millas) entre
ambas naciones en una zona de recreo para cruceros gigantescos y llamativos
yates de lujo.
Por primera vez en décadas, el gobierno estadounidense
está autorizando un rango amplio de viajes marítimos de gran escala a Cuba.
Desde que se inició la distensión el año pasado, el gobierno del presidente
Barack Obama ha emitido permisos a decenas de embarcaciones, al menos a cinco
compañías de transbordadores, a cuatro líneas de cruceros y a la empresa de
Palm Beach que rentó el Still Water. El yate de 24 metros de largo (78 pies)
tiene internet satelital, cuatro camarotes y un bar.
"Es una pequeña burbuja. Uno puede tener las
comodidades de casa en La Habana", dijo Jim Friedlander, presidente de
Academic Arrangements Abroad, grupo que ayudó a organizar el viaje.
Funcionarios de turismo de Cuba y aficionados y
empresarios estadounidenses vinculados al paseo en embarcaciones se frotan las
manos ante el posible retorno de los días de fiesta previos a la revolución
socialista en la isla, cuando miles de estadounidenses adinerados navegaban
anualmente a La Habana para gozar de largos fines de semana de esparcimiento
tropical.
"¿Cuál es el mercado natural para el turismo
náutico en Cuba? Estados Unidos, primer país del mercado del yatismo
internacional", dijo José Miguel Díaz Escrich, comodoro del Club Náutico
Internacional Hemingway de Cuba. "Si antes de la revolución venían algunos
miles de yates a cuba hoy estaríamos hablando de decenas de miles de yates que
vendrían".
Fidel Castro calificó en 2005 a los cruceros como
"hoteles flotantes, restaurantes flotantes" que "visitan los
países para dejarles la basura, las latas vacías y los papeles por unos cuantos
miserables centavos". Pero bajo el mandato de su hermano y sucesor, el
presidente Raúl Castro, el gobierno parece no tener tales reservas. Cuba ha
estado aprobando rápidamente pedidos de puerto por parte de barcos cruceros
estadounidenses nuevos, y planeando nuevas marinas con miles de lugares para
que atraquen yates en las contaminadas aguas de la bahía de La Habana, así como
en las aguas de arena blanca del centro turístico de Varadero, aproximadamente
a una hora y media de distancia en automóvil.
Incluso los primeros indicios de un auge en la llegada
de embarcaciones está dando origen a contrastes sorprendentes, surrealistas,
con un creciente número de costosas embarcaciones de placer recorriendo aguas
donde pescadores cubanos navegan sobre botes desvencijados, aguas sobre las
cuales un creciente flujo de migrantes se dirige al norte en balsas inestables.
El turismo en sí sigue siendo ilegal bajo el embargo.
El corredor de yates Paul Madden recibió permiso del gobierno de Obama el mes
pasado para operar renta de yates para viajes de "persona a persona"
con guías de los gobiernos estadounidense y cubano que conjuntamente
acompañarán a grupos a través de actividades de todo un día en tierra para
fomentar la interacción entre ciudadanos cubanos y estadounidenses. Cruceros
con licencias nuevas operarán bajo el mismo modelo.
El aumento de los viajes en embarcaciones de
esparcimiento es una señal del ansia de los dos países para que la
normalización de relaciones sea irreversible para gobierno futuros, dijeron
expertos.
"Durante mucho tiempo la atmósfera no era la
correcta. La hora del cóctel en la cubierta de popa y el viaje en crucero eran
evocación de turismo" (lo cual está prohibido), dijo Robert Muse, un
especialista en ley de Estados Unidos sobre Cuba.
"Me parece que conforme el gobierno de Obama
acelera para consolidar lo que será su legado en torno a Cuba no tiene mucho
tiempo para preocuparse sobre ese tipo de cosas", dijo Muse, quien
representa a una compañía estadounidense de transbordadores con licencia nueva.
Muse señaló que cree que el viaje a Cuba en
embarcaciones seguiría limitado debido a susceptibilidad mutuas respecto al
Estrecho de Florida, escenario de importantes dramas marítimos como la Crisis
de los Misiles y el Éxodo de Mariel.
No obstante, expertos en turismo cubanos parecen estar
confiados sobre un inminente fin a las restricciones a los viajes en barco a
Cuba, las cuales han sido aflojadas y apretadas cíclicamente desde que el
presidente Jimmy Carter legalizó brevemente los viajes a la isla en 1977.
Muchos estadounidenses dueños de yates, incluidos varios que estaban atracados
el jueves en la Marina Hemingway, han realizado escala en La Habana
calladamente durante años hacia o desde otros puertos, de la misma manera que
viajeros aéreos estadounidenses han llegado a Cuba desde Canadá o México
desafiando leyes estadounidenses rara vez aplicadas.
El punto de discusión más acalorado entre tales
especialistas cubanos ahora es si la isla puede hacer frente rápidamente a lo
que se espera será una demanda masiva de instalaciones modernas para
embarcaciones.
"La eliminación de las restricciones al turismo
náutico, por parte del gobierno de Estados Unidos, como parece que sucederá en
un corto plazo, no solo abriría las puertas a los yatistas y demás turistas
estadounidenses; sino a muchos yatistas de otros países y clubes
náuticos.", dijo José Luis Perello, un profesor de Turismo de la
Universidad de La Habana.
Cuba
AGOSTO 6, 2015
Amplían
la oferta hotelera en la isla
LA HABANA
El grupo de turismo estatal cubano Gaviota
proyecta para el 2020 ampliar a 50,000 las habitaciones que opera en todo el
país, plan en el que priorizará La Habana con la inauguración de tres nuevos
hoteles en los próximos tres años, informó el jueves la televisión estatal.
El principal objetivo de los directivos de Gaviota, líder de la industria
turística en la isla con unas 24,000 habitaciones, será posicionar a La Habana
como uno de los primeros destinos de turismo urbano en el Caribe, indicó el
reporte televisivo.
El reporte de la televisión cubana no especifica si la gestión hotelera de
los nuevos inmuebles se hará en forma de empresa mixta, junto con grupos
hoteleros extranjeros, como operan casi todos los hoteles de la isla.
Una de las acciones del proyecto de ampliación será la apertura el año
próximo de un hotel categoría cinco estrellas de lujo en el antiguo edificio
“Manzana de Gómez”, situado en el Centro Histórico de La Habana, con 246
habitaciones.
Para el 2017 será reabierto el legendario “Hotel Packard” con 300
habitaciones y en el 2018 tocará el turno al nuevo “Prado y Malecón”, aún por
construirse en la esquina de esas dos avenidas de la capital cubana y que
ofrecerá alojamiento en sus 208 habitaciones.
La apertura de las tres instalaciones buscará ampliar al casco histórico la
oferta de Gaviota en la capital cubana, que en la actualidad incluye a los
hoteles “Quinta Avenida”, “Memories Miramar Havana” y “H10 Panorama”, todos
ellos ubicados en el exclusivo barrio de Miramar.
El proyecto también abarca importantes polos turísticos en la isla como
Varadero, a unos 150 kilómetros al este de La Habana, la cayería norte de las
provincias de Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey (centro este) y Holguín
(este).
Cuba registró la llegada de dos millones de turistas internacionales en el
primer semestre del 2015 y actualmente experimenta un “boom” de visitantes
estadounidenses, que ya oscilan los 90,000, más de un 50% por encima de los que
llegaron a la isla en ese periodo del 2014, fruto del deshielo en las
relaciones diplomáticas y el levantamiento de restricciones a los viajes.
En la actualidad, el ministerio de Turismo cubano opera con 26 empresas
mixtas que gestionan en total 5,492 habitaciones en hoteles de 4 y 5 estrellas,
además de contar con contratos de administración con 18 cadenas hoteleras
internacionales para 69 hoteles, que suman 35,892 habitaciones.
Nessun commento:
Posta un commento