Sur de la Florida
SEPTIEMBRE 8, 2015
Donald Trump se siente bien con el
acercamiento a Cuba
Donald Trump pronunció un discurso crítico contra Fidel Castro en el Museo
de la Brigada 2506 en una visita que hizo en 1999. Tim Chapman Archivo
/ Miami Herald
PATRICIA MAZZEI
pmazzei@MiamiHerald.com
Al visitar a los cubanoamericanos en Miami hace una década y media, Donald
Trump declaró que Fidel Castro era un “asesino” y un “criminal” que no debía
ser “premiado”.
Ahora ha declarado su apoyo, aunque un tanto tibio, a la campaña del
presidente Barack Obama por estrechar los lazos entre Estados Unidos y Cuba,
una política que Trump describió como que estaba “bien”.
En una entrevista publicada el lunes, Trump respondió brevemente a una sola
pregunta sobre lo que él creia del deshielo en las relaciones EEUU-Cuba” “¿Cree
usted que es una buena política, o está usted en contra de la apertura de EEUU
hacia Cuba?”, preguntó elDaily Caller, publicación de tendencia más bien
conservadora de Washington, D.C.
“Creo que está bien”, dijo Trump. “Creo que está bien, pero deberíamos
haber hecho un acuerdo mejor. El concepto de tener una apertura con respecto a
Cuba –50 años es suficiente– el concepto de tener una apertura con respecto a
Cuba está bien. Creo que deberíamos haber hecho un acuerdo más enérgico”.
No se hizo seguimiento a la pregunta en la entrevista publicada. La campaña
de Trump no respondió a una solicitud del Miami Herald de que diera más
detalles.
El principal aspirante a la nominación para la candidatura republicana a la
presidencia en el 2016 es el segundo contendiente republicano en apoyar la
política de Obama hacia Cuba, después del senador de Kentucky Rand Paul. Los
dos candidatos locales de Miami, el ex gobernador Jeb Bush y el senador Marco
Rubio, están entre sus críticos más ardientes. También lo es el senador de
Texas Ted Cruz, quien es cubanoamericano como Rubio.
En el caso de Trump, sus recientes comentarios son marcadamente distintos
de los que él ha hecho anteriormente sobre qué debería hacer Estados Unidos con
respecto al régimen de Castro.
En 1999, cuando jugaba con la idea de postularse a la presidencia como
candidato del Partido Reformista, Trump publicó un editorial en el Miami Herald
criticando la idea de hacer negocios con Cuba: “Sí, el embargo es costoso. Si
yo hiciera un negocio conjunto con socios europeos, podría ganar millones de
dólares. Pero prefiero perder esos millones que perder el respeto a mí mismo”.
La Fundación Nacional Cubano Americana invitó al magnate inmobiliario a
visitar la Biblioteca y Museo de los Veteranos de la Bahía de Cochinos en La
Pequeña Habana cinco meses más tarde.
Allí, se jactó de rechazar propuestas de urbanización en Cuba y criticó a
Castro.
“El ha sido un asesino, él es un criminal y no creo que se deba premiar a
la gente que ha hecho las cosas que él ha hecho”, dijo Trump.
En cierto momento, los presentes gritaron: “¡Viva Donald Trump!”
El Daily Caller no
preguntó específicamente a Trump acerca del embargo. Pero Trump has suavizado o
incluso revertido completamente su opinión sobre otros temas, como es el caso
del derecho al aborto, que él defendió y al que ahora se opone (“La mujer tiene
que poder tomar esa decisión”, dijo Trump durante esa misma visita a Miami del
1999.) Esos cambios lo han acercado al establishment republicano.
Su apoyo al acercamiento EEUU-Cuba hace exactamente lo contrario,
acercándolo a la demócrata Hillary Clinton, ex secretaria de Estado de EEUU que
vino en julio a la Universidad Internacional de la Florida para expresar su
resonante apoyo a la política de Obama. Ella dijo que estaría a favor de
levantar el embargo.
No obstante, Trump no parece tener mucho que perder. El está a la cabeza de
los republicanos debido a su actitud alejada de la política al uso, la cual
halla resonancia en los votantes que se siente frustrados con los políticos, y
no debido a su adherencia a la ortodoxia republicana.
Incluso en el condado Miami-Dade, donde el 73 por ciento de los votantes
republicanos son hispanos –muchos de ellos de ascendencia cubana– no hay mucho
riesgo para Trump porque la mayoría de esos votantes ya están probablemente de
parte de Rubio o de Bush.
Y, aparte de los líderes del partido, Trump parece estar más cerca de las
opiniones republicanas de todos modos.
Un sondeo del Centro de Investigaciones Pew dado a conocer en julio
concluyó que el 56 por ciento de los republicanos estaban a favor de la
política de Obama con respecto a Cuba, y el 59 por ciento estaban a favor de
eliminar el embargo.
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