ENERO 14, 2016
1:44 PM
EEUU y Cuba, cuentas
pendientes para el 2016
Se espera que la actividad comercial entre los dos países se intensifique
El embargo sigue siendo un obstáculo a mejores relaciones
¿Habrá avances en temas espinosos como la migración y
los derechos humanos?
MIMI WHITEFIELD
Si el 2015 fue un año
histórico en los vínculos entre Estados Unidos y Cuba, con la reanudación de
las relaciones diplomáticasy la apertura de embajadas, se espera que el 2016 sea un año de definición
en momentos en que los dos adversarios dejan atrás las ceremonias y enfrentan
los temas difíciles que los separan.
Entre los problemas que
conformarán las relaciones está la migración, una situación en la que miles de
cubanos permanecen varados en Centroamérica en su ruta a Estados Unidos. Y sin
duda preocupa el futuro económico de Cuba, ahora que parece que un acuerdo
petrolero preferencial con Venezuela está en peligro después que la oposición
tomó el control de la Legislatura en ese país.
El gobernador de Virginia,
Terry McAuliffe, en las escalinatas de la Universidad de La Habana, el 4 de
enero. McAuliffe encabezó una delegación de intercambio a Cuba.Ramón
Espinosa AP
Aquellos con intereses
económicos tienen la esperanza de que pudiera haber un avance sustancial y
pueda concretarse una apertura comercial de Estados Unidos hacia Cuba. Para el
gobierno de La Habana, lo más importante es el levantamiento del embargo –algo
difícil en un año de elecciones– y no dudan en recordar la necesidad de hacerlo
en la mayoría de las conversaciones con ejecutivos empresariales y políticos
estadounidenses.
El año comenzó con el viaje
a la isla de Terry McAuliffe, gobernador demócrata de Virginia, para estudiar las oportunidades de
negocios de su estado en Cuba. Y regresó con un acuerdo entre el Puerto de
Virginia, en Norfolk y de gran calado , y el Mariel, el puerto de contenedores
ubicado al oeste de La Habana, para explorar formas de colaboración. También
anunció un intercambio académico y un entendimiento para colaboración en
investigaciones entre la Universidad de la Habana y la Universidad de la
Mancomunidad de Virginia.
Pero los cubanos también
consiguieron lo que les interesaba: McAuliffe dijo que era hora de eliminar la
“política tonta”del embargo y que se reuniría con legisladores y funcionarios
del Congreso para impulsar el mensaje de que “el 2016 tiene que ser el año en
que logremos hacer avanzar nuestras relaciones, eliminemos el embargo y hagamos
lo que conviene a las ciudades de Estados Unidos y Cuba”.
Pedro Freyre, abogado a cargo de la práctica internacional del bufete Akerman, dijo que
el 2015 fue el año en que se echaron las bases de la nueva relación, sobre las
que se levantará lo que suceda en el 2016.
Freyre espera que el
gobierno anuncie pronto otra serie de normas que den a las empresas
estadounidenses más confianza para acercarse a Cuba, y habrá mucha actividad
durante el primer trimestre de este año.
“El gobierno ya ha decidido
implementar otros cambios”, dijo John Kavulich, presidente del Consejo de
Comercio y Economía Estados Unidos-Cuba. Kavulich espera que esos cambios se
concentren en reducir las restricciones al uso del dólar estadounidense en las
transacciones comerciales con Cuba.
“Eso ciertamente
beneficiaría a los cubanos en cualquier parte que quieran hacer negocios, y ha
sido un impedimento a las compañías estadounidenses que quieren hacer negocios
con Cuba”, dijo.
EL TIEMPO SE LE ACABA AL GOBIERNO DE OBAMA.
CREO QUE LOS CUBANOS ENTIENDEN QUE TIENEN UN PERÍODO LIMITADO DE OPORTUNIDADES
Y DESPUÉS QUE OBAMA CONCLUYA SU TÉRMINO NO SE SABE QUÉ PASARÁ
Pedro Freyre, abogado de práctica internacional,
bufete Akerman
A tenor con la apertura
comercial del gobierno del presidente Barack Obama hacia Cuba, se pueden enviar
productos como equipo de internet y telecomunicaciones que aumenten el nivel de
conectividad del pueblo cubano, equipos agrícolas y de construcción destinados
a empresarios privados, y otros productos que ayuden al creciente sector
empresarial. Las compañías estadounidenses también pueden comprar algunos
productos a negocios privados cubanos.
Kavulich dijo que también
espera que las nuevas normas aborden los términos de pagos para tales
transacciones, que son excepciones al embargo, y que se agilice el proceso
mediante el cual los estadounidenses viajan a Cuba como parte de 12 categorías
autorizadas por Washington.
“El tiempo se le acaba al
gobierno de Obama”, dijo Freyre. “Creo que los cubanos entienden que tienen un
período limitado de oportunidades y después que Obama concluya su término no se
sabe qué pasará”.
Este año también se esperan
algunos hitos comerciales: los primeros vuelos comerciales regulares entre
Estados Unidos y Cuba en cinco décadas y quizás que los barcos de cruceros
vuelvan a atracar en la isla.
A mediados de diciembre,
varias aerolíneas estadounidenses informaron que habían llegado a un acuerdo en
principio con el gobierno cubano para permitir vueltos regulares a la isla,
pero ofrecieron pocos detalles.
Varias líneas de cruceros
están anunciando itinerarios a Cuba que parten de puertos estadounidenses, pero
hasta ahora Cuba no ha dado luz verde al plan.
Sin embargo, Freyre, quien
representa a clientes empresariales que han llegado a acuerdos con Cuba, o
esperan hacerlo, dijo que está “cautelosamente optimista” de que las líneas de
cruceros están avanzando en conseguir la aprobación. “Vamos por buen camino”,
dijo.
Cambios en el relevo
político
Pero otros analistas
pronostican un ritmo menor en el acercamiento.
Cuando el Partido Comunista
celebre su séptimo congreso en abril, se conocerán más detalles sobre el futuro
político del país que pudieran resultar relevantes para la relación entre
Washington y La Habana.
“Si hay cambios en el Buró
Político, eso será importante”, dijo Andy Gómez, académico cubano y decano
retirado de Estudios Internacionales en la Universidad de Miami. A medida que
la vieja guardia se retira y sus miembros fallecen, Cuba experimenta un cambio
generacional de poder.
Y si hay cambios en el Buró
Político, dijo Gómez, nuevos miembros pudieran llevar diferentes perspectivas a
las relaciones entre los dos países.
Algo que resulta crítico
para el futuro económico de Cuba y hasta dónde está dispuesta a hacer negocios
con empresas estadounidenses es el destino del acuerdo petrolero preferencial
con Venezuela, un país bajo fuerte presión económica, pero que ofrece petróleo
a la isla a precios subsidiados a cambio de los servicios de médicos cubanos.
El mes pasado, la oposición venezolana ganó el control de la Asamblea Nacional,
y la nueva Legislatura, que ocupó escaños la semana pasada, no se espera que
muestre el mismo grado de amistad con Cuba.
La oposición anunció que una
de sus metas es desarrollar una estrategia para un cambio constitucional de
gobierno en los próximos seis meses.
En su discurso del 29 de
diciembre a la Asamblea Nacional de Cuba, Raúl Castro dijo que se espera que el
crecimiento económico baje de un 4 por ciento en el 2015 a un 2 por ciento este
año. Y mencionó no solamente la baja de los precios de las exportaciones
tradicionales cubanas, como el níquel, sino también la incertidumbre petrolera.
Aunque Castro dijo que los
bajos precios del crudo pudieran reducir el costo de algunas importaciones,
señaló que los acuerdos de cooperación “mutuamente ventajosos” de Cuba se verán
afectados, y mencionó específicamente a Venezuela, que dijo está “sujeta a una
guerra económica para echar atrás el apoyo popular a la revolución”.
Castro dijo que el gobierno
cubano está convencido de que tales esfuerzos encontrarán resistencia. Pero a
la luz de las incertidumbres, afirmó que Cuba necesitaba mejorar su eficiencia
al máximo, reducir los costos, concentrar sus recursos en actividades que
generen ingresos por concepto de exportaciones y aumentar la inversión en los
sectores productivos y la infraestructura.
Si los envíos petroleros
venezolanos se acaban, “eso afecta el flujo de caja de Cuba, tanto el dinero
que entra como el que sale”, dijo Kavulich.
Pero Freyre expresó que el
gobierno cubano ha tenido tiempo para prepararse para una reducción en el nivel
de cooperación económica de Venezuela.
“[El gobierno cubano] no lleva 54 años en el poder
improvisando”, dijo.
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